Capítulo 26

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La puerta de la habitacion donde se encontraba basilio fue abierta por Margaret, sus pasos resuenan por toda la habitación atrayendo la mirada del mayordomo a quien ella le habla sin ninguna gracia
—retírate—
Este velozmente termina de acomodar la bandeja del desayuno de Basilio, se despide y se marcha
—con permiso—
Cuando el click suena anunciando que él había salido Margaret toma asiento observando detenidamente a su esposo
—tú hijo no durmió en casa anoche, ves lo qué pasa cuando no tomas las riendas de las cosas—
El la mira exasperado muerde una uva y hace como que no la escucho provocando que ella enfurezca
—por eso tu hijo está cómo está haciendo lo que le plazca y no lo que debe— responde él irónicamente
—¿y según tú qué debe hacer bruno? ¿Casarse con violeta si no quiere?— Una risa hipócrita sale de ella  y el vuelve hablar
—deja en paz a tu hijo con tus deseos de una boda forzada, bruno no tiene que hacer lo que tú digas—
Se levanta molesta y lo señala, odiaba que Basilio la contrarrestara
—por tu estupidez estamos como estamos bruno se va a casar con violeta así tenga que arrastrarlo al altar— el suelta una carcajada y niega con la cabeza mirándola con lastima
—tu vanidad y tu obsesión con la familia Maxwell serán tu perdición—
Chasqueó con la lengua y lo miró doblando su cuello de un lado a otro
—como fue la perdición de la sirvienta ¿cierto? De la que te enamoraste arruinando nuestro matrimonio—
—cállate, tú no tienes ningún derecho de hablar del pasado ni siquiera de ella—
Se acomodó nuevamente en el sofá mientras sonreía como nunca, amaba restregarle el pasado en su cara sabia que era muy doloroso para él
—por esa misma razón no me interesa que bruno sienta una sola gota de amor por violeta no quiero que se convierta en un alcohólico imbecil como tú, el amor es tan insignificante los hace ser mediocres, son unos Perfectos perdedores que dejarían todo con tal de ir corriendo detrás de el amor—
Un nudo en el estómago de Basilio estaba creciendo las ganas de tomar el desayuno estaban desapareciendo, se llenó de valor y espetó
—sabes que Margaret, a lo largo de mi vida hubo un momento donde si sentía algo de amor por ti pero cada día qué pasa confirmo mas el porqué me enamoré de otra y no de ti—

Aunque no lo amaba odiaba cuando él le decía que si se había enamorado de otra y no de ella
—¿tú crees que me ha importado tu amor? Tu haz sido tan bajo y lo entregaste a una sirvienta comprometida a la cual tú le...—
—cállate de una maldita vez Margaret! tú sabes muy bien que no fue a propósito, yo jamás haría algo así—
Se levantó del sofá y se sentó a su lado pasó la mano por sus mejillas y aunque este volteó su cara no dejaba de hacerlo cambio su voz a una más baja llena de resentimiento
—todo el tiempo no fuiste el hombre bondadoso que hoy quieres fingir ser Basilio así que no te mientas a ti mismo. Tú siempre has caído bajo y yo siempre termino levantándote y limpiando tus desastres, todo esto que hoy en día tienes es gracias a mi, si tu amorcito hubiera estado en mi lugar serías un don nadie porque yo si nací para ser exitosa en cambio tú amor nació para ser una miserable sir-vien-ta, que descanse en Paz bajo los escombros.—

Se levantó y caminó hacia un gran espejo observando su vestimenta Basilio estaba en silencio mientras Margaret destilaba todo su odio
—ves todo esto, toda esta casa y todo lo que tienes, es mío es la vida que siempre merecí y por la que luche teniendo que aguantarte a ti por tantos años aún viendo tus infidelidades, pero es que yo no nací para el amor Basilio, eso es algo básico que no logro sentir; solo amo a mi hijo después no sentiría amor por ninguna otra criatura— sin ganas él responde
—eres el ser humano más despreciable con el que pude formar una familia tienes todos los males que puede tener una persona, eres mala y te crees que lo sabes todo o lo puedes todo...— lo interrumpe

—jajajaja objeción de hecho si lo puedo todo continúa—
—creo que es mejor la muerte que tener algún sentimiento por ti, maldigo la hora en la que te conocí, si una máquina del tiempo existiera viajaría todos esos años para cambiar ese rumbo, de nada me ha valido el dinero porque ni siquiera eso me quita este sabor del error que cometí al hacerte mi esposa—
Ella rio a carcajadas saboreó su boca mirándolo con tanta lastima
—no sabes cuanto disfrute el día que vi como te dio ese paro cardiaco ¡mmm! lastima que no moriste—
—lo pude ver en tu cara, ese día disfrutabas verme sufrir—
Camino hacia la puerta y volteo su cabeza hacia él amenazandolo
—recuerda algo Basilio más vale que me ayudes con ti hijo, si no te demostraré de que soy capaz cuando quiero algo y te aseguro que no te gustará ni un poquito—
estrelló la puerta y camino rápidamente enojada, Emilio el mayordomo la detiene
—señora, hay alguien que la está...—
—¿Margaret te acuerdas de mi?—
El chico que conoció en el club nocturno hace unas semanas se había aparecido en su casa, Margaret era experta en ocultar sus emociones así que no mostró nerviosismo y mucho menos asombro
—señor le dije que esperara afue...—
—no te preocupes por él yo me encargo...sígueme ¿como me dijiste que te llamabas?—
—Edward Muñoz—
Ambos caminaron hacia la oficina el enojo se intensificó más en Margaret ¿que diablos hacía él en su casa? ¿No se supone que los polvos de una noche no pueden hacer este tipo de visitas?.

***

—cuéntame hija, ¿se ha mejorado Basilio?—
—si mamá esta...—
Entra el papá de violeta con una ceja alzada viendo la revista "magnates por todo lo alto" donde su hija sale agarrada del brazo de bruno, los ojos de violeta se abren emocionada y el empieza a leer en voz alta.
—"violeta Maxwell más unida que nunca a bruno giordano" los exnovios que anunciaron su separación hace cinco años fueron captados saliendo del hospital donde estaba recluido el señor Basilio Giordano quien había sufrido un pre-infarto, la ex pareja no quiso hablar nada al respecto pero se dejaban ver muy unidos, a pesar de que bruno había sido captado con otra mujer donde se especulaba que era su nueva novia estas fotos nos dejan más que claro que el magnate aún sigue coladito de amor por la empresaria y dueña de una empresa de maquillaje. Te la luciste hija mía felicidades así me gusta que sigas poniendo en alto el apellido Maxwell-
Una sonrisa triunfante apareció en el rostro de ella había conseguido lograr lo que quería, agradeció en silencio a Margaret ya que ella había sido la responsable de que esto acontezca.

Millonario $in escrúpulos.Where stories live. Discover now