Capítulo 16

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—¡me encanta!—

Caminó despacio pero ansiosa así se dejaba ver trataba de contener su emoción tal vez para no crear en mi una mala perspectiva sobre ella

—¡oh mira como gira! No subiría a algo así—

—vamos—

—¿que?—

—vamos a subir al juego—

—¡nooo! ¿Esta loco?—

—no te pasará nada confía en mi y por favor por esta noche tutéame-

Dudo y caminó conmigo con sus brazos cruzados hasta donde vendían las taquillas la vi mirar hacia el carrito que vendía algodón de colores

—dos por favor—

—¡oh por Dios! usted es bruno el hijo de Margaret y Basilio giordano o por Diosssss—

Sentí la incomodidad apoderarse de mi no me gusta ser tan obvio para las personas pero tampoco es como si andara con alguna mascara para evitar que me vean

—señorita le importaría solo darme las dos taquillas-

—si si, señor <<es tan guapo>>—

La escuche magullar unas palabras pero trate de ignorarlo

—Isabella—

—¿si?—

se mantenía alejada, no se si había escuchado lo que vociferó la mujer. Caminamos hacia los juegos entregue los tickets al caballero que nos daría el paso

—bien, todo está listo—

—¿estás seguro que no nos vamos a caer de aquí?—

Me preguntó nerviosa y sosteniendo la barra que teníamos al frente, tampoco sabía si nos íbamos a caer pero le aseguré que nada nos pasaría era mi primera vez en una atracción cómo está pero ella no tendría que saberlo. Cuando empezó a girar soltó un grito desesperado y se tapó la boca avergonzada, el viento ondeaba su cabello y el mío por igual, cada ves empezaba a girar mas y mas y sus ojos se mantenían cerrados con fuerza la adrenalina se apoderó de nuestros cuerpos y ambos gritamos emocionados y asustados a la misma vez.

Tiempo después nos bajamos, sus piernas flaquearon y la tuve que sostener y sin darme cuenta la sostuve por la cintura ambos nos miramos fijamente unos segundos pero se acomodó y la solté, la sensación en mi mano de su delgada cintura me hizo apretar el puño. Caminamos sin prisa el viento era suave y aun su mirada seguía perdida entre las atracciones y las luces la observé tanto que no me percaté cuando una niñita chocó conmigo logrando derramar un batido en mi camisa y parte de mi pantalón

—lo siento—

Dijo la pequeña tímida su madre al ver aquella escena se aproximó e Isabella intentó ayudar recogiendo el vaso plástico

—estoy todo empapado de malteada con olor a chicle-

Me sentí frustrado por un momento y la madre me habló

—señor—

Levante mi cabeza y pude ver el asombro en sus ojos tenía a la nena en sus brazos la cual se notaba asustada

—no quería derramar el batido sobre él—

—no ha pasado nada pequeña no tienes porque temer—

Isabella habló llamando mi atención y pude verla sonreír ampliamente mientras hablan con la pequeña quien abrazaba a su mamá en la pierna derecha

—señor lo siento pagaré la lavandería—

Millonario $in escrúpulos.Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora