Capitulo 34

8.2K 275 10
                                    

Me desperté y nada más abrir los ojos sentí como un punzante dolor recorría toda mi cabeza mientras que a la vez un pitido resonaba en mi oído.

Estar de resaca apesta.

Masajeo mis sienes e intento ponerme de pie sin marearme cosa que se me hace imposible ya que nada más colocar ambos pies en el suelo y levantarme, me veo obligada a volver a sentarme casi de inmediato porque todo comienza a dar vueltas.

Bien que anoche bebias y bebias como si no hubiera un mañana.

Me force a recordar que había pasado la noche anterior y casi deseo no haberlo echo, me lleve las manos a la cara y comencé a frotarla con brusquedad.

Después de tratar de que el mareo cesace, finalmente me puse en pie para bajar a tomar el desayuno.

Mi hermano mayor me esperaba sentado en la encimera de la cocina mientras se tomaba su taza de café.

—Buenos días fiestera—. Me dice sonriente mientras levanta su taza en forma de brindis.

—Callate— espeto antes de acercarme a la encimera para arrebatarle la taza a la que le doy un trago largo.

El me mira con una sonrisa y yo me tiro sobre el taburete de la encimera.

Me tiende una taza rellena con café y yo me la tomo casi del tirón mientras sujeto mi cabeza solo con una mano la cual se encuentra apoyada sobre la encimera de mármol.

—¿Que, te lo pasaste bien?— pregunta mi hermano.

—Mhm— contestó yo.

El me sonrió y yo sentí como mis párpados se cerraban poco a poco.
Lo siguiente que recuerdo es estar en el sofá cubierta por una manta y que ya era tarde.

Eric me dejó una nota en la mesa, se había ido con Noah a dar un paseo y volverian tarde.

Agradeci que me dejaran la casa para mí sola, aunque la hubiera aprovechado casi solo para dormir.

Fui a la cocina y me encontré un plato de salchichas sobre la encimera así que las metí al microondas mientras me sentaba a esperar mirando tik toks.

Escuche un golpe en la puerta de entrada así que me levanté a abrir imaginando que serían mis hermanos.

Abrí la puerta casi sin mirar y me di la vuelta caminando de vuelta a la cocina.

—Vaya, hola a ti también— dijo una voz a mis espaldas que definitivamente no era la de mi hermano.

Me gire casi de inmediato hacia la puerta y mi cara debió de ser un poema ya que Gavi reprimió una risa.

—¿Que haces tú aquí?— pregunté.

—Venia a ver qué hacías— dijo encogiéndose de hombros—. No deberías de ser tan confiada a la hora de abrir la puerta.

Le mire mal y rodé mis ojos para darme la vuelta y caminar hacia la cocina.

—Pues ya has visto lo que hacía, te puedes ir— dije desde la otra habitación.

—Pues supongo que no querrás cenar chino — me dijo apareciendo por el marco de la puerta sacudiendo una bolsa en su mano mientras sonreía y levantaba sus cejas.

—Mmm, no se ¿ Eso te incluye en el plan?

—Claro que si, la he comprado yo— dijo obvio encogiéndose de hombros.

— Entonces no quiero— dije dándome la vuelta para sacar las salchichas del microondas.

—¿Enserio?— pregunta y se acerca a la encimera para coger una salchicha de el plato que acaba de dejar sobre esta.

Fix You - PABLO GAVI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora