Capitulo 64

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Se acerco a mi en dos zancadas y abrió la puerta del armario con una expresión indescifrable que me hizo soltar una carcajada.

—¿De que coño te ríes?— preguntó ella.

—De nada, nada— dije conteniendo mi risa en una mueca.

—No me hace ni puta gracia, esto es tu culpa— hablo levantando su dedo índice para señalarme con el.

—¡Oye!— me queje yo haciendome el ofendido—¿Yo por qué?— pregunté reprimiendo una sonrisa al ver lo guapa que se veía enfadada.

—Porque...por-... porque— dijo tratando de buscar las palabras mientras pegaba su dedo acusador a la altura de mi pecho clavandolo sobre mi torso desnudo.

Pero antes de que se le pudiera ocurrir algo, di un paso saliendo del armario y agarre la mano que tenía sobre mi pecho para atraerla a mi y atrapar sus labios en un beso el cual ella me correspondió.

—Que sepas que sigue siendo tu culpa— dijo una vez nos separamos para coger aire— me da igual que beses muy bien— acabo diciendo.

—¿Con que beso muy bien, eh?— pregunté sarcástico por las palabras que acababa de decir sin darse cuenta.

—Callate— dijo y volví a juntar nuestros labios sintiendo una oleada de placer en cuanto sus manos se cruzaron alrededor de mi nuca dejando suaves caricias que me erizaban la piel.

—¡Elisa, te he dicho que no tardes!— interrumpió Ansu tras la puerta aporreandola bruscamente.

—Vooooy— contestó Elisa la cual se había separado en el susto que se había dado—. Venga recoge tus cosas, vistete y baja a desayunar.

—Pfff, que pesado es— conteste yo resoplando y rodando los ojos cuando ella se alejó de mi y busco su ropa en el armario de al lado.

Me senté en la cama y observe su culo desde ahí.

—Me encanta como te queda mi camiseta— dije sin pensarlo y ella se giró para mirarme — hace que tú culo resalte— Añadí.

Ella cogió la camiseta y me la lanzó a la cara, pero yo la esquive y ella resopló indignada.

—Deja de mirar mi culo resalton— dijo dándole énfasis a la última palabra— y ponte a coger tus cosas de debajo de la cama, guapo— Hablo y yo sonreí levantándome perezosamente.

Ella se dio una ducha bastante rápida y salió ya vestida del baño, se calzo y cogió su móvil antes de acercarse a la puerta.

—Adios— dijo.

—¿Cómo que adiós?— pregunté acercándome a ella con mis cosas en la mano.

—¿Que quieres? ¿Una palmadita en la espalda?— preguntó ella mirándome confusa mientras abría la puerta de su habitación.

Yo tomé su barbilla con una de mis manos y pose un beso suave sobre sus labios, un beso inocente, fuera de culaquier sentimiento de deseó y muy diferente a los anteriores.

—Ya esta — dije al separarme. Ella abrió los ojos y dejó escapar una sonrisita tonta que hizo que algo en mi se activará en alegría.

—Nos vemos— finalizó y salió por la puerta dejándome allí.

                                      ***

Baje al comedor poco después de haber ido a mi habitación, haberme cambiado y haber visto todas las llamadas y mensajes de mis amigos y familiares . Visualice a la morena sentada junto a su amiga Sira y al otro lado se encontraba Pedri quienes desayunaban en una mesa alargada junto a la gran mayoría de jugadores. Sus caras se veían decaídas, desganadas, tristes o abatidas. La derrota nos había afectado bastante, pero cierta chica se había encargado de que dejara esos pensamientos atrás, sin embargo, al ver a todos mis compañeros así, esa sensación amarga volvió a brotar en mi interior a medida que cogía una bandeja  y la llenaba de cosas del buffet. Camine con un nudo en la garganta hacia la mesa,la cabeza gacha y enfocada en el suelo, los pies repentinamente se sentían mucho más pesados y me resultaba difícil sostener mi propio peso ante la sensación de remordimiento y parte de culpa por no haber rendido lo suficiente. Mis manos estaban sudorosas y no me di cuenta de que estaba apretando con tanta fuerza la bandeja que mis nudillos estaban completamente blancos hasta que una mano fría contrastó con mi temperatura corporal y al levantar la vista pude ver una sonrisa reconfortante que alivio todos mis pensamientos. Seguí caminando a la mesa, no sin antes devolverle la sonrisa disimuladamente , y me senté al lado de mi mejor amigo mientras esperaba a que Elisa volviera a la mesa tras coger lo que quería del bufett.

—¡Hombreee!— saludo Ansu quien ocupaba el sitio de enfrente de Elisa— Hasta que por fin apareces — dijo el en un tono vacilón.

—Tio, ¿donde estabas?— pregunto Balde quien se sentaba a su lado— No viniste ayer.

—Eso tío, te estuvimos llamando — se pronunció Laporte .

—Me quedé dormido, y mi móvil no tenía batería — explique con la primera excusa que se me había venido a la mente mientras bajaba por el ascensor unos minutos antes.

—Ya claro, ¿y pretendes que me lo crea?— pregunto Ansu.

—Piensa lo que quieras — dije encogiéndome de hombros.

Baje mi mirada a la taza de café que tenía enfrente y fingí estar interesado en el contenido de esta, inclinandola de un lado al otro sin levantar apenas la vista para que mi cara no me delatase.

—¿Estaba buena?— pregunto Olmo.

Aún con la vista perdida en el líquido negro y amargo que contenía el recipiente esbocé una pequeña sonrisa en mis labios que tuve que quitar rápidamente cuando escuché el "uhh" de algunos jugadores. Así que aparte mis ojos de la taza y mire hacia el frente levantando una ceja.

—Eso es que si, pillín — dijo Yeremi Pino quien se acababa de acoplar un poco más con su silla a nuestra conversación.

Pedri a mi lado comenzó a reírse y yo le pise los dedos del pie por debajo de la mesa provocando un quejido y una mueca graciosa por su parte. Tomé la taza inconscientemente y le di un sorbo arrepintiéndome al momento cuando el líquido amargo tocó mi lengua.

—Que cojones — dije asqueado— Esto es café puro.

—¿Es que por qué bebés de mi café? Listo— pregunto la recién llegada Elisa arrebatándome la taza de las manos.

—Yo te traigo otro— dijo Ansu levantándose rápidamente de su sitio y prácticamente arrancándole la taza de las manos.

—Que asco — dije aún con el sabor clavado en mis papilas.

Resoplé para mis adentros y me centre en seguir desayunando.

Fix You - PABLO GAVI Where stories live. Discover now