Capitulo 42

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⚠️ Maraton 4/4 ⚠️!!

Narra Gavi:

Estábamos discutiendo sobre quién prefería McDonalds antes que burger King cuando Elisa se levantó y de repente se desplomó al suelo.

Todos nos quedamos en shock por unos segundos y yo fui el primero en reaccionar.
Me acerque a ella casi de inmediato y me agache junto a su cuerpo, sujete su cabeza entre mis manos y comencé a sacudirla mientras repetía su nombre varias veces.

Los demás se activaron y comenzaron a alarmarse.

—Hay que llevarla al hospital— dijo mi mejor amigo alarmado.

Asentí con la cabeza y la sujete entre mis brazos siguiendo a Pedri quién me abría la puerta de la entrada seguido por Balde, mientras que los demás se quedaban con el pequeño Noah.

Nos montamos en el coche de Pedri y este arranco casi al mismo tiempo en el que yo cerraba la puerta de la parte trasera.

Me senté en el asiento y apoye a la morena en mi regazo sin poder pensar ni actuar de ninguna manera, supuse que los demás se sentían igual cuando ninguno de nosotros dijo nada durante todo el camino al hospital.

Al llegar unas enfermeras se la llevaron en una camilla prohibiendonos el paso y sin siquiera decirnos su estado.

Una de las enfermeras se acerco finalmente y cuando comencé a preguntarle cosas ella simplemente se limitó a observarme incredula para finalmente estallar en un gritito de fan loca y lanzarse a mis brazos en un gesto de muy poco profesiomalismo.

Encontré una ventaja a esa situación y comencé a preguntarle cosas sobre la morena y ella me las contestó sin dudarlo.

Me prometió que me avisaría en cuanto supiera algo más, asentí y le di las gracias, no sin antes sacarnos una foto y firmandole un autógrafo a cambio de su información.

Pedri, quién llevaba una capucha y unas gafas de sol para ocultarse se levantó una vez la enfermera se fue, me miro un poco apenado y me dio una palmada en el hombro antes de marcharse.

Me senté nervioso en la sala de espera, con la cabeza entre las piernas, esperando a Pedri o a cualquier enfermera.
Senti varias miradas ya que a mí no me había dado tiempo a coger alguna gorra o capucha.

El canario aparecio poco después con una sudadera de cremallera y dos cafés.

Le sonreí ligeramente y me coloque la sudadera pasando la capucha por mi cabeza. Acepte el café aunque no era mi cosa favorita en el mundo, prefería un batido de chocolate.

—Voy a llamar a Eric— dijo el canario y encendió su móvil para buscar el contacto de nuestro fisioterapeuta y hermano de Elisa.

Ferran, Sira y Ansu llegaron poco después junto con el pequeño Noah.
Este se acerco a pequeños pasitos con un batido en una de sus manos, se paró frente a mi y yo lo miré con ternura mientras sacaba algo de su bolsillo.
Me extendió un cartón de batido de chocolate igual al suyo, y me dedico una sonrisa.

—¿Esta mi hermana bien?— pregunto inocentemente.

Lo tomé por los hombros y se los acaricié suavemente.

—Seguramente lo este— le dije en un intento de tranquilizarle aunque en el fondo me lo decía a mi mismo también.

El me miro con sus ojos brillosos y se abalanzó a mi rodeándome con sus cortos brazos, lleve mis manos a su espalda y lo abracé.

Eric apareció por el pasillo con un gesto de preocupación, se acerco a nosotros y Noah corrió hacia el.
Se acerco a una de las enfermeras y estuvo hablando con ella durante un tiempo, poco después se volvió a donde nosotros y nos contó que le estaban realizando unas pruebas y que aún no sabían que era lo que había causado el desmayo.

No sabía que me pasaba pero sentía como si me estuviera ahogando, me costaba respirar y me temblaban las manos.
No teníamos ni idea de si sería grave o no, quizás fuera un simple desmayo o quizás fuera algo más y eso nos tenía muy preocupados.

Un rato después salió una enfermera y se acerco hacia nosotros.

—¿Familiares de Elisa Saavedra?— pregunto la enfermera.

Eric se levantó casi de inmediato de su asiento y todos miramos en su dirección, esperando alguna noticia o actualización de su estado.

—Se ha despertado y está estable, puedes pasar a verla— dijo la enfermera.

Eric entro a la habitación y todos nos quedamos esperando a que saliera.

Me levante y camine nervioso por el pasillo del hospital, de un lado a otro hasta que escuche como la puerta en la que estaba la morena se abría.
Una enfermera entraba a la habitación con unos papeles en las manos.

Noah se levantó de su asiento y se acerco a mi con pasos largos.

Se engancho a mi pierna y yo llevé mi mano a la altura de su cabeza para frotarsela suavemente.

Eric salió y nos contó que le habían detectado anemia , estaba aún débil pero podíamos entrar a su habitación.

Cargue a Noah en brazos y caminamos hacia el interior de la habitación la cual habíamos estado observando por un largo tiempo.
Nada más entrar vimos a Elisa tumbada en una camilla, con su espalda recostada sobre el respaldo de esta. Una enfermera le sostenia el brazo y le pinchaba en una vena  mientras ella cerraba los ojos y apretaba la sábana con su otra mano.
Abrió los ojos lentamente y dirigió su mirada hacia nostros, su rostro se veía cansado y sus ojos encontraron los míos. A pesar de su estado, movió ligeramente la comisura de sus labios y me mostró una pequeña sonrisa ladeada.

Nos quedamos un rato más en su habitación, y luego salimos a la sala de espera cuando la enfermera nos lo pidió, era tarde y nos avisaron de que las horas de visita habían terminado. Eric miro a su hermano y después nos miró a nosotros.

—Me lo voy a llevar a casa, está muy cansado— dijo y nosotros asentimos.

—Mañana tenemos entrenamiento, vamos a descansar— dijo Ferran y mís compañeros le hicieron caso.

Pedri se acerco a mi y me sonrió levemente, me dio un abrazo seguido de una palmada en el hombro y se despidió.

—Seguramente te vayas a quedar a dormir aquí, no te preocupes si llegas tarde al entrenamiento, yo te cubro con el míster— me dijo al oído antes de separarse.

Le dedique una sonrisa cansada y le agradeci con la mirada, quería mucho al canario y me conocía bastante bien así que no se sorprendió que supiera lo que iba a hacer.

Todos se marcharon y yo me quedé algo pensativo en la sala de espera, no sabía si entrar o si quedarme fuera pero pronto decidí entrar a ver cómo se encontraba Elisa.

Me acerque a su cama lentamente para comprobar que estuviera dormida pero ella abrió los ojos parpadeando pesadamente antes de mirarme por completo.

Ella intento incorporarse en la cama pero me apresure a decirle que no hacía falta.

—¿Los demás ?— pregunto casi sin voz.

—Ya se han ido— hable yo apoyando mis brazos sobre la barandilla de la cama.

Sus ojos, que ahora se encontraban totalmente apagados, me miraron con cierta tristeza y vi como abría varias veces la boca para decir algo pero la volvía a cerrar.

—Lo siento— dijo finalmente.

—¿Que?— dije confuso— ¿Por qué?— pregunté.

—Por arruinaros la tarde— hablo ella y senti como su voz se quebraba un poco.

Frunci el ceño y negué con la cabeza.

—Pero que estás diciendo Elisa— dije.

Ella me miro apenada y yo sentía como me moría lentamente por dentro al ver su rostro
Me generaba un malestar increíble verla ahí, tan vulnerable, tan triste y tan apagada que mi corazón se encogia cada vez más.

Atraje el sillón de la habitación hacia su cama y me senté en el.
Lleve una de mis manos a la suya donde tenía una vía inyectada que descansaba sobre la camilla y la acaricié suavemente hasta que se quedó dormida, poco después yo también lo hice.

Fix You - PABLO GAVI Where stories live. Discover now