Capitulo 35

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Me desperté bastante cálida, había dormido toda la noche sin interrupciones de ningún tipo pero cuando me trate de mover para incorporarme, me lo impedía un cuerpo que estaba tumbado boca abajo sobre mi.

Trate de moverme cuidadosamente pero fue en vano ya que no podía zafarme del cuerpo del futbolista que usaba mis pechos como almohada.

Sus manos se rodeaban en mi cintura y podía sentir como respiraba.
Su pelo desordenado rozaba la piel de mi pecho al igual que sus manos calidas que se aferraban a la piel de mi cintura.

Esa imagen me trasmitió mucha ternura y no pude evitar no sonreír ante la imagen de un Pablo tan vulnerable y tan ajeno a lo que solía ser en todos los partidos, un Gavi tenso o cabreado. En cambio ahora se veía como un niño pequeño que se encontraba durmiendo tranquilamente.

—Gavi— susurré para ver si se encontraba despierto.

Solté una risita al ver que ni se inmutó.

—Venga vamos, despierta— dije acariciándole un poco el pelo.

El soltó un leve quejido pero no se movió.

—Pablo, levántate— volví a ordenar mientras seguía jugando con las hebras de pelo que le caían desordenadamente sobre su frente.

—Si sigues haciendo eso, vas a conseguir que no levanté de aquí en horas— contestó con un tono de voz ronco y ahogado por la cercanía de su boca sobre mi ropa.

Solté un pequeña risa y dejé de acariciarle el pelo,el solto otro quejido y giro su cabeza para apoyar la barbilla sobre mi cuerpo y así enfrentarme.

—¿Porque paras?— pregunto mirándome medio dormido y eso me hizo recordar su mal despertar.

—Para que te levantes.

—Pero si en verdad te encanta estar así— me dijo y volvió a colocar su cabeza en la posición en la que había despertado.

Volví a llevar mi mano a su pelo para acariciarselo suavemente y esta vez con la otra acaricié un poco su nuca.

Estuve así un rato largo así que me moví empujando a Gavi hacia un lado inútilmente porque el se aferró a mi cintura y no me soltó.

Solté un respiro y escuché una risa ahogada de su parte.

—¿Te parece gracioso Gavira?— le pregunté dejando de sacudirme.

—Si, bastante — se limitó a decir.

En ese momento la puerta se abrió y yo me asusté ya que no quería que Eric siguiera con sus acusaciones que decían que le estaba ocultando una relación con Gavi, pero un Noah recién levantado asomó su cabeza por la puerta, para después abrirla y entrar a la habitación.

—Te has asustado— dijo Gavi con una risita.

—Callate imbécil — le dije susurrando antes de pegarle una colleja.

El se quejó pero tampoco se movió.

—¿Li?— llamo mi hermano.

—¿Que pasa guapo?— le contesté sonriendo.

—¿Quién es ese?— preguntó con una sonrisa traviesa.

—Uno que es un vago y no se quiere levantar— conteste y me lleve un apretón de Gavi.

Noah se rió y acto seguido se acerco a mi cama para subirse.

—Hola Gavi— saludo y yo abrí mi boca sorprendida.

—¿Qu-...Com-... Cómo lo sabes?— articule confusa.

Gavi volvió a reírse contra mi pecho y juraba que como lo volviera a hacer no iba a aguantar más.

Fix You - PABLO GAVI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora