Capitulo 71

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⚠️Super maratón 3/6 ⚠️

Tras darle un tour por la casa, subió sus cosas a una de las habitaciones de invitados, justo al lado de la mía.

Bajo a la cocina y  sus ojos encontraron los míos desde la entrada. Yo estaba ojeando las redes desde mi móvil.

—¿Quieres ir a dar un paseo?— pregunto ella.

No pude contener la sorpresa en mi cara ante su pregunta. Pero accedí asintiendo con la cabeza mientras me levantaba de mi silla y me dirigía hacia el sofá donde había dejado mi abrigo

—¿Quieres ir a por un chocolate caliente?— pregunté— Conozco un sitio, no está relativamente lejos, pero hay que andar un rato.

—Vamos— dijo ella.

Al entrar al local, ambos nos quitamos los guantes de las manos.

—¿Que desea?— pregunto la camarera.

—Un vaso de chocolate caliente— dije—. ¿Tu también?—pregunte a la morena que se encontraba ojeando la carta que había en las paredes de detrás del mostrador.

—Mmm...— dijo aún con los ojos entrecerrados hacia las letras, probablemente tratando de leer algo—. No, un chococcino— contestó ella.

Levanté mis cejas hacia ella mientras la mujer asentía y se iba a preparar nuestras bebidas.

—¿Un que?— pregunté curioso.

—Un chococcino— respondió ella obvia , pero al ver mi ceño fruncido continuo hablando — es como un chocolate, pero con café, osea que un chocolate caliente pero mejor— sentencio con cierta diversión en su mirada.

Para este momento ya había aprendido que el café era algo que Elisa admiraba completamente. Podías verla siempre desayunando su taza de café, podías salir con ella a culaquier sitio en el que vendieran todo tipo de bebidas diferentes, ella siempre tenía un café en mano. Mientras la veías de lejos en los entrenamientos, un termo siempre estaba situado en sus manos o cerca de ella y en su interior juraba que aguardaba café.

—No me mires así, querías venir a por un chocolate caliente así que me he pedido uno a mi manera— dijo ella.

—Puedes pedirte lo que sea Elisa, si no quieres el chococholo o como se diga te puedes pedir cualquier otra cosa. Lo mío era una simple sugerencia, lo que yo me suelo pedir— dije.

—No, no. Pablo es lo que quiero yo, me hace ilusión probar el chocolate— una ligera sonrisa adorna sus labios.

—Aqui tenéis— dice la mujer entregándonos dos vasos de cartón —. ¿Algo más?

—Dos rollitos de canela — digo yo pensando en que ella pruebe los dulces que mi hermana y yo adorábamos cuando éramos pequeños y veníamos a este sitio en navidad.

La chica los entrega todo en una bolsa de papel y nos sonríe amablemente.

Salimos de la tienda con la comida en mis manos mientras seguimos un paseo buscando un sitio donde sentarnos.

Tras un rato caminado por las frías calles, ciertas partículas blancas comenzaron a caer sobre nosotros

—¡Pablo, está nevando!— dijo ella estirando una mano con su palma hacia arriba mientras se llenaba poco a poco con hielo blanco que caía del cielo.

Su cara mirándome directamente con los ojos bien abiertos y una sonrisa bien amplia.

Nos frenamos y dejo la bolsa sobre el capó de un coche para ponerme los guantes imitandola. Cuando estoy terminando puedo ver por el rabillo del ojo como se inclina sobre el coche y escribe algo en la nieve que se había comenzado a acumular sobre la luna del coche.

Fix You - PABLO GAVI Where stories live. Discover now