capitulo 69

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Lo prometido es deuda, y aunque llegue un poco tarde, aquí tenéis una recompensa por haber estado tanto tiempo sin actualizacion. Me ha costado lo suyo, pero espero que os gusten tanto como a mí ❤️‍🩹
⚠️Super maratón 1/6 ⚠️

Narrador omnisciente

Apenas una semana había pasado desde que habían vuelto de Qatar. Prácticamente los jugadores no se habían visto entre ellos ya que estaban disfrutando de sus vacaciones.

Entre Gavi y Elisa no había pasado nada más desde aquella noche en la que llegaron juntos a la casa de la morena. Unos cuantos mensajes antes de que se fueran a dormir, o unos cuantos a lo largo de un día aburrido. Simplemente parecían dos adolescentes que intentaban ligar pero no sabían cómo.

Una vez el pequeño Noah se quedó dormido echándose una siesta plácidamente en la cama de su hermana tras haberse visto una película de navidad juntos, la castaña decidió ir a darse una ducha para entrar en calor. Justo cuando estaba a punto de entrar, su móvil comenzó a vibrar sobre la encimera del lavabo con una llamada entrante. Se acerco de mal humor ya que habían hecho que su canción favorita fuera interrumpida, pero rápidamente su cara cambio en cuanto vio el nombre reflejado en la pantalla de su móvil ; Gavira. Se quedó mirándola algo confundida, nunca antes habían hablado por teléfono, y esa llamada hubiera sido más normal y menos incómoda si hace una semana ambos no se hubieran estado comiendo en la habitación de un hotel de Qatar tras un partido perdido por parte del chico . Atendió la llamada, quizás algo más emocionada de lo que se consideraria normal, un largo e incómodo silencio inundó la línea hasta que ambos decidieron decir algo.

—Hola—ambos dijeron prácticamente a la vez, una pequeña risa seguida, digna de dos adolescentes enamorados.

—¿Que tal?— pregunto el, su voz algo suave incluso quizás algo...¿Tímida?

Ambos estaban nerviosos, no sabian el porqué...¿ o quizás estaban convencidos de que no lo sabían?

—¿Con frío?— dijo ella.

—Siempre tienes frío, ¿no? —pregunto el para romper un poco el hielo.

Una suave risa se escuchó a través de la línea.

—No lo tendría si no hubieras interrumpido mi ducha — contestó ella tratando de sonar molesta pero fallando abruptamente al reírse.

—¿Te estabas duchando?

—Casi— contestó ella—. ¿A que se debe tu llamada?— preguntó intrigada por saberlo.

—Si te soy sincero... no lo sé — contestó el, pero si lo sabía, lo sabía perfectamente.

—Vaya, y yo que pensaba que echabas de menos verme— dijo sarcásticamente.

—Puede ser... quizás echase de menos algo más— se atrevió a decir, cerrando los ojos con fuerza ante la espera de una repuesta a través de la línea.

Una pequeña pausa silenciosa ante de el siguiente pronunciamiento.

—¿Cómo que ?— preguntó intrigada, una estúpida sonrisa surcando desde su boca.

—Ya sabes... lo típico — dijo el tratando de bromear con ella, podría haber sido valiente como para decir lo anterior pero ni de coña le iba a decir que echaba de menos sus besos o su olor por ejemplo —. A tu querido hermano — dijo una vez había elaborado un respuesta que le pareció adecuada.

—¿En serio?

—Obviamente, es el mejor.

—No creo que Dani este muy contento de escuchar eso— dijo soltando una pequeña carcajada al recordar al chiquitín.

—Tengo amor suficiente para ambos.

Y otro silencio se apoderó de la llamada una vez ambos no sabían que más decir.

La pregunta que amenazaba con salirse de su boca le cosquilleaba la lengua incordiosamente.

—Elisa— llamo.

—¿Mhmm?— contestó ella.

—Tengo una casa familiar— comenzó a hablar— ... en las montañas.

Ella asintió escuchando intrigada sin saber a dónde queria el sevillano llegar con esa conversación.

—Tiene un patio gigante, ¿sabes?... y también hay una pista de ski relativamente cerca— dijo el sin saber cómo preguntarle lo que había estado pensado toda la semana.

—¿A donde quieres llegar con todo esto?— pregunto Elisa poniéndose ya nerviosa.

—Oh...emm...Mira, mi familia y yo vamos a estar por navidad... pero me gustaría que te vinieras unos días antes... para estar allí... conmigo— dijo finalmente algo avergonzado.

El corazón de la chica parecía querer salirse de su pecho, soltó unas cuantas patadas en el aire y dejó escapar algunos chillidos agudos silenciando la llamada.

—¿Elisa, sigues ahí? Sabes, que si lo quieres no pasa nada... no te sientas obligada a decir que si so-

—No, no. Me encantaría — contestó ella.

—Genial— dijo el con una sonrisa de oreja a oreja— luego te haré saber los detalles, te dejo que mi cuñado el pesado ha empezado a cantar villancicos de Navidad.

Ella se rió ante la imagen de Javi cantando, el tipo era bastante hablador, lo había comprobado la primera vez que le había conocido y no había hecho más que preguntas que ni si quiera le dejo contestar.

—Adios Pablito.

—Adios, Elisa— dijo el otro colgando la llamada tras soltar un leve suspiro antes de bajar a pedirle a Javi que se callara porque todavía no estaban en navidad.

—Gavi, el espíritu ya está por todos lados,  hay que celebrar la navidad y que mejor manera que yo deleitándonos con mi preciosa voz y un villancico de la mismisima reina de los villancicos Mariah Carey — dijo el novio de su hermana alabandose a el mismo.

—A veces pienso que no tienes neuronas... luego recuerdo que es verdad que no las tienes— dijo el sevillano quien ahora estaba siendo apachurrado por su cuñado en el sofá de el amplio salón de la casa de los Páez.

—Hablo— dijo su hermana que acababa de adentrarse al salón, sentándose entre los dos.

—hibli— la repitió Gavi cruzándose de brazos como un niño pequeño.

Ella le saco la lengua y este se levantó del sofá para irse a su cama y descansar un poco tras el día en el gimnasio que había tenido. Se dio una rápida ducha para aliviar sus músculos tensos y despojarse del sudor pegajoso. Prácticamente se abalanzó sobre la cama, tirándose de boca y hundiendo su cabeza en la almohada. Un suspiro feliz escapándose de sus labios al recordar la llamada que había tenido minutos atrás. Le había costado coger el teléfono y marcar su número, mucho más pedirle que viniera a su casa de vacaciones con el, pero lo había hecho y lo más importante es que ella le había dicho que sí.

Fix You - PABLO GAVI Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora