Capitulo 44

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⚠️Maratón Especial 100k 2/4 ⚠️

Cuando me dieron el alta volví a mi casa con ayuda de Gavi.

Desde ese momento se habia vuelto un grano en el culo. Se pasaba todos los días a ver cómo estaba, me llamaba a todas horas para preguntarme si necesitaba algo o si me había pasado algo. Si estaba comiendo o si no estaba comiendo bien, y eso que solo llevaba un día completo en mi casa.

Noah se estaba quedando en casa de Eric, al menos hasta que pudiera volver a la normalidad ya que aún estaba débil.

Los jugadores del Barça tenían partido esa noche contra el Mallorca y aún así Gavi había estado casi todo el día en mi casa.

—Gavi, estoy bien. Ve al entrenamiento que vas a llegar tarde— trate de convencerle.

—No hasta que me dejes ponerte la inyección— dijo levantándose de la cama.

—¿Y irás al entrenamiento?— pregunté con la esperanza de que se fuera, ya que si no iba le perjudicaría.

—Puede ser... Me lo pensaré— dijo mientras cojia una de las agujas desechables y la colocaba sobre la jeringuilla.— Está va a ser la primera vez que te ponga una fuera del hospital— dijo y note cierta preocupación en su rostro.

Asentí con la cabeza y el comenzó a llenar la jeringa con el líquido de la ampolla de hierro.

Se acerco a mi sentándose en el bordillo de la cama, me tomo del brazo y yo cerré los ojos y apreté mi mandíbula con fuerza.
Escuche como el tragaba grueso y pasaba su mano por mi antebrazo con suavidad dejando leves caricias mientras buscaba mi vena con su dedo índice, acerco la cosa metálica a mi piel y yo me prepare mentalmente.

—¿Lista?— pregunto

Asentí tratando de convencerme a mi misma también y apreté con más fuerza mis ojos cuando senti la aguja atravesar mi piel.

Lo malo de aquellas inyecciones era el echo de que había que verter el líquido lentamente, por lo que la ajuga se quedaba introducida durante un rato, rato en el cual yo me quería morir.

Apreté la sábana con mi mano y Gavi llevo su mano a mi muslo por encima de esta. Lo acaricio suavemente y luego de un rato que se me hizo eterno, retiro el objeto punzante de mi piel.

—Ya está— dijo orgulloso.

Abri mis ojos algo avergonzada por la situación y le mire sin decir nada

—¿Que?— dijo— ¿necesitas una piruleta por haberte portado tan bien?— pregunto poniendo una voz aguda imitando a la enfermera de ayer.

Chasquee mi lengua y rode los ojos mientras aceptaba el papel que el me tendia, lo presione contra mi brazo  y lo mantuve ahí.

—Venga, ahora vete al entrenamiento— le dije.

—Pero si total, ya he perdido la titularidad este partido, no fui al entrenamiento la mañana en la que estuviste en el hospital— dijo restándole importancia.

—¿Enserio?—pregunte— No tendrías que haber faltado. Ahora la has perdido por mi culpa.

—Elisa no digas tonterías, eres imbécil— comenzó a decir— no es tu culpa, necesitabas a alguien esa noche y fui yo— dijo con tranquilidad.

Sonreí ante sus palabras, pero pronto la quite y le exigi que se marchara a la ciudad deportiva. Acepto a regañadientes y se fue de mi casa.

                                                ***

Baje las escaleras cuando tocaron a la puerta, me había quedado totalmente dormida cuando Gavi se fue y ahora estaba totalmente dormida.

Abrí la puerta tras mirar por la mirilla y deje que el sevillano pasara.

—¿Estas bien? Perdón por haberte echo bajar las escaleras— comenzó a disculparse.

Me acerque a el cansada y puse mis manos a cada lado de sus hombros.

—Pablo, ¿Que coño estás haciendo aquí?— pregunté mirando la hora— el partido ha terminado hace 15 minutos.

—Ya, bueno perdón. Quería ir más rápido pero...— empezó a excusarse otra vez.

—Pablo, estoy segura de que habéis ganado, te habrás duchado porque hueles muy bien y has venido a mi casa en tiempo record. Tu eres tonto, ¿por qué no lo has celebrado?

El desvío su mirada perdida hacia mis ojos  y hizo contacto visual conmigo. Me quedé embobada mirando el brillo que habían cogido y por poco se me olvida que le estaba regañando.

Se quedó sin decir nada unos segundos.

—¿Te gusta como huelo?— pregunto inocentemente como un niño pequeño.

Frunci en ceño y dejé escapar una carcajada, solté sus hombros y di unos pasos hacía atrás.

—¿Has cenado?— preguntó.

Negué y me senté en el sofá.

—¿Quieres?— pregunto mirándome desde su sitio.

—No tengo muchas ganas.

—¿Quieres ver una película?

volví a negar y abrace mis rodillas que se sentian frías, al igual que el resto de mi cuerpo.
Camino hacia el sofá y se sentó a mi lado. Llevo una de sus manos a mi rodilla. Su contacto  se sintió como una estufa calentita, apoye mi cabeza sobre su hombro y me pegue más a el buscando el calor de su piel.

—¿Quieres dormir?— Pregunto nuevamente.

Esta vez me vi asintiendo y Gavi se puso en pie dejando libre la zona de mi rodilla que ahora estaba más fría que antes debido a la falta de su contacto que rápidamente fue reemplazado cuando me sujeto por la cintura con delicadeza y me apoyo sobre su hombro como a una saco de patatas.

—¡Gavira!—grite con la poca fuerza que tenía y me intenté sacudir.

—Ni se te ocurra seguir moviéndote— dijo amenazante.

Me seguí moviendo mientras me quejaba por el dolor de mi cuerpo al hacerlo.

—¡Elisa para!— me ordenó— te vas a hacer daño.

Frene y deje que me llevará hasta mi cama, si de por si tenía pocas fuerzas antes, ahora tenía 0 porque las había dejado intentado forcejear con Gavi.

El me dejo sobre la cama y abrió las sábanas arropandome. Tiré de su brazo hacia mi sin ser consciente de lo que estaba haciendo realmente y el se metió a la cama sin rechistar.

Te está empezando a gustar esto de dormir  con el— y razón no me faltaba.

Deje que se tumbara por completo y me abrace a el.

—Vaya vaya, ahora parece ser que si eras tú la que quería que durmieramos juntos — dijo al verme abrazada.

Pellizque su piel metiendo mi mano por debajo de su camiseta y el se quejó dando un pequeño saltito.

Llevo una de sus manos hacia mi espalda baja y yo rodee su torso con mi mano fundiéndome en un abrazo que no sabía que necesitaba tanto quedándome dormida casi al instante.

Fix You - PABLO GAVI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora