Capitulo 60

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Camine hecho un lío hacia mi habitación. Las palabras, la sinceridad que le había dado el alcohol a Elisa, la forma en la que se abrió a mi... Todo se juntaba en una masa dando vueltas por mi cabeza.
-¿Ella había estado sufriendo por mi?-. Lo había estado y eso de alguna manera me hacía sentir bien, porque eso me daba a pensar de que quizás sintiera algo por mi.

La siguiente mañana, baje a desayunar y me senté a su lado con la intención de hablar.
Sin embargo, ella tomo sus cosas, se levantó sin siquiera mirarme y se marcho a otro lado de la mesa.
Pude ver cómo Pedri me miraba y me fruncía el ceño, haciendo varios gestos de duda.
Me encogí de hombros, aunque sabía perfectamente que era lo que pasaba, y me centre en el plato que tenía delante.

En el entrenamiento de gimnasio, descargue todas mis fuerzas en las máquinas, y cuando Luis Enrique nos indico que la sesión había terminado, me quedé en el gimnasio pegándole puñetazos a un estúpido saco de boxeo.
Deje ir toda mi ira y subí a mi habitación para darme una ducha refrescante, ponerme una sudadera y unos shorts y ir a dar una vuelta con Pedri.

El camino fue casi todo el rato silencioso, ninguno con las ganas suficientes como para iniciar una conversación debido al exhausto entrenamiento de aquella tarde.
Así que nos limitamos a estar agusto simplemente con la compañía del otro. La brisa fresca de la noche golpeaba en mi piel y me calmaba hasta cierto punto de olvidarme de lo que había pasado la noche anterior.

Después de un largo camino, pocas palabras pero bastantes pensamientos vagando por mi cabeza, volvimos juntos a nuestra planta, y al pararme frente a mi puerta, no pude evitar desviar la mirada hacia la puerta de al lado. La 229, la cual pertenecía a Elisa.
Entre a mi habitación y me tiré sobre la cama con un largo suspiro.

***

Los nervios se sentían por todo el vestuario, todos hablaban y se movían de un lado para otro cogiendo cosas o simplemente tratando de liberar el estrés.
Este partido era el último de la fase de grupos, necesitábamos ganarlo y así asegurarnos pasar a octavos.
Resoplé y pase mis manos por mi cabeza una vez más, Pedri a mi lado apoyo una de sus manos en mi hombro dándome un ligero apretón antes de levantarse.

-Gavi, vamos termina de vestirte- me dijo dándose la vuelta para abrir su taquilla y sacar su camiseta.

Le hice caso y me levanté para repetir sus pasos, saque la camiseta y le di un beso al escudo antes de ponérmela.
Me repeine el pelo con los dedos y me recoloque las medias.

-Chicos, tenemos que salir ya- irrumpió Luis Enrique en la sala-. Necesitamos ganar este partido, os necesito activos, defendiendo y atacando, ¿esta claro?- pregunto serio.

-Si Míster- gritamos todos al unísono.

Me puse la chaqueta de la selección y seguí a los demás.

El partido no fue como esperábamos, creímos que íbamos a ser superiores ante la selección de Japón, pero al confiarnos con el gol de Morata, en cuestión de 4 minutos nos metieron 2 goles, uno de ellos, causó bastante controversia porque todos decían que el balón se había salido del campo. Para que engañarnos, yo también lo pensé, pero bastantes expertos aparte del bar salieron a corroborar que el balón no se había salido y no pudimos hacer más que apechugar con la duda y la frustración de pensar que realmente no era así.
Cuando me sacaron en el minuto 68, no pude evitar sentirme en demasiada tensión y rabia al enterarme que por unos minutos, nos habíamos quedado fuera del mundial. Tenía ganas de llorar, levanté mi mirada varias veces para evitar que esas lágrimas corrieran por mis mejillas, me levanté del banquillo, di vueltas, me lleve las manos a la cabeza, solté bastantes suspiros e incluso la busque a ella en la grada en un intento de calmar mi ansiedad con su mirada.

Fix You - PABLO GAVI Where stories live. Discover now