𝒞𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁𝑜 𝟤

6 1 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

...

..

.

Dos meses, tres días y unas ocho horas después, el reloj de la repisa dio las doce del mediodía. El capitán ee, señor de los piratas, llegaba tarde. Era verdad que Sakura y Tobirama también habían llegado con retraso, pero la tardanza de Bee era inexcusable, dado que habían quedado hacía dos horas. Y en el despacho del pirata.

Sakura no había podido llegar antes. No podía controlar los vientos, ni a aquellos aprensivos marinos que tanto se habían demorado por el archipiélago de las islas Muertas. Sakura no quería ni pensar cuánto oro debía de haber gastado Nagato para reunir una tripulación que los llevase al corazón del territorio pirata. En cualquier caso, la bahía de la Calavera estaba en una isla, de modo que solo se podía acceder por mar.

Sakura, oculta tras una capa demasiado abrigada, la túnica y una máscara de ébano, se puso en pie ante el escritorio del señor de los piratas.

¿Cómo se atrevía a hacerla esperar? Al fin y al cabo, Bee sabía muy bien qué habían ido a hacer allí.

Tres asesinos habían perdido la vida a manos de los piratas, y Nagato la había enviado a Bee como medida de amenaza para exigirle algún tipo de retribución —preferiblemente en oro— por los costes que aquellas muertes suponían para la cofradía de los asesinos.

—Pienso aumentar su deuda en diez monedas de oro —le dijo Sakura a Tobirama con voz grave y apagada bajo la máscara— por cada minuto que nos haga esperar.

Tobirama, que no ocultaba sus hermosos rasgos, se cruzó de brazos y frunció el ceño.

—No harás nada parecido. La carta de Nagato está sellada y así va a seguir.

La miró entornando los ojos.

Ninguno de los dos había dado saltos de alegría cuando Nagato había anunciado que Tobirama acompañaría a Sakura a las islas Muertas. Sobre todo porque el cuerpo de Yahiko —que Sakura había recuperado— apenas llevaba dos meses bajo tierra. No se habían recuperado precisamente del dolor de la pérdida.

𝓛𝓪 𝓔𝓼𝓹𝓪𝓭𝓪 - 𝐒𝐚𝐤𝐮𝐫𝐚 𝐇𝐚𝐫 𝐮𝐧𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora