En esta precuela cargada de acción, Sakura se embarca en cinco arriesgadas misiones que la llevan a visitar islas remotas y hostiles desiertos, allí liberará a gente de la esclavitud y castigará la tiranía.
Esta es una adaptación en el universo de N...
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ONCE DIAS ANTES
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Sakura Haruno llevaba un año entero esperando aquella noche. Sentada en el pasillo de madera enclavado a un lado de la cúpula dorada del Teatro Real, se dejó llevar por la música que se elevaba por el anfiteatro. Con las piernas colgando bajo la barandilla, se inclinó hacia delante y apoyó la mejilla en los brazos cruzados.
Los músicos formaban un semicírculo en el escenario. Inundaban el teatro de un sonido tan maravilloso que Sakura se olvidaba por momentos de respirar. Había presenciado aquel mismo concierto cuatro veces a lo largo de los últimos cuatro años, siempre en compañía de Nagato. La ocasión había acabado por convertirse en una tradición anual, que ambos compartían cada otoño.
Aun sabiendo que no era buena idea, dejó que su mirada se posara en el palco privado que Sakura, hasta el mes pasado, había ocupado.
Nagato Uzumaki estaba allí, acompañado de Tenten. ¿A causa del despecho o de la ceguera más absoluta? Él sabía muy bien cuánto significaba aquella velada para Sakura; era consciente de la ilusión con que aguardaba aquel acontecimiento año tras año. Y cuando Sakura había rehusado acompañarlo —no quería volver a compartir nada con él— Nagato había invitado a Tenten. Como si aquel concierto fuera uno más de tantos.
Incluso a aquella distancia, desde el pasillo del techo, Sakura alcanzaba a ver cómo el rey de los asesinos sostenía la mano de la joven cortesana con la pierna apoyada contra las faldas de su vestido rosa. Un mes después de que Nagato hubiera comprado la virginidad de Tenten en una subasta, el rey de los asesinos seguía monopolizando el tiempo de la muchacha. No sería de extrañar que hiciera algún tipo de trato con la señora de la cortesana para conservarla a su lado hasta que se cansara de ella.
Sakura no estaba segura de compadecer a Tenten.
La asesina devolvió la atención al escenario. No sabía por qué había ido ni por qué le había dicho a Tobirama que estaba ocupada y que no podría cenar con él en la taberna favorita de ambos.
