Primera Misión

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El Capitán de la Guardia la esperaba en la puerta delantera del castillo de cristal.

Sakura Haruno, mayor asesina de Erilea y ahora Campeona del Rey, no se había molestado en meterle prisa a su yegua negra a través de las calles rebosantes de Rifthold. Incluso después de dos semanas de viaje hasta y desde la base de las Montañas Ararat, a pesar de que estaba congelada y cubierta de polvo por los cien caminos, no estaba del todo ansiosa por alcanzar el final de su destino.

No se sorprendió al encontrar a Sasuke Uchiha de pie en la parte inferior en cuya cima estaba el castillo –no se sorprendió al ver la media docena de guardias o de que estaban haciendo su mejor esfuerzo para aparentar que no estaban viendo cada movimiento o señalar el sinuoso camino por el que había regresado. Había descubierto ya a los hombres que Sasuke había colocado en la propia ciudad: en las puertas de la pared, en las esquinas, en los techos, todos buscando cualquier señal de su regreso.

Sasuke lucía como cuando se marchó, su uniforme negro y de oro limpio, la empuñadura con forma de águila de la espada reluciente con el sol matutino.

Por lo menos usaba la cuchilla. Después de matar a Caín en el duelo, no la había llevado durante las pocas semanas que le había tomado reponerse de sus heridas. Cuando se había ido el mes pasado, había estado usando todavía otra hoja. Aún tenía aquellas sombras en sus ojos de ónix.

Pero esas sombras se habían ido ahora, cuando le miró por debajo de la capucha negra de su capa. Estaba de pie al lado de la puerta, los brazos cruzados sobre su amplio pecho, ese ceño familiar en sus labios. Hizo clic con su lengua y desmontó, sacudiendo las riendas a uno de los guardias esperando cuando se volvió para enfrentar al capitán.

—¿Qué no hay flores?

El ceño se profundizó. Ella sonrió ampliamente

Esta había sido su primera misión, la primera prueba de confianza y su verdadera capacidad.

Sakura sacudió su barbilla a una de las alforjas de la yegua. Un bulto enorme era empujado hacia debajo de la piel usada.

𝓛𝓪 𝓔𝓼𝓹𝓪𝓭𝓪 - 𝐒𝐚𝐤𝐮𝐫𝐚 𝐇𝐚𝐫 𝐮𝐧𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora