Capitulo 10

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Sakura jamás había besado a nadie. Y cuando rozó los labios de Tobirama y él la cogió por la cintura para atraerla hacia sí, se preguntó por qué demonios había esperado tanto tiempo. La boca del chico era cálida y suave, el cuerpo firme y maravilloso contra el suyo, el pelo sedoso al contacto de sus dedos. A pesar de todo, dejó que él la guiara y se recordó a sí misma que debía respirar cuando él le abrió los labios con su propia boca.

Al notar el roce de la lengua de Tobirama contra la suya, la recorrió un escalofrío tan intenso que creyó morir. Sakura quería más. Lo quería todo.

No podía abrazarlo lo bastante fuerte, besarlo con la suficiente rapidez. Un gemido subió por su garganta, tan imperioso que lo sintió en el corazón. Más abajo, en realidad.

Sakura lo empujó contra la pared y las manos de Tobirama le recorrieron la espalda, los costados, las caderas. Ella quería regodearse en la sensación, quería quitarse el traje para poder notar las manos callosas del chico contra la piel desnuda. La intensidad de aquel deseo se apoderó de ella.

Al cuerno las cloacas, Doneval, Philip y Nagato.

Los labios de Tobirama se separaron de su boca para desplazarse al cuello.

Rozaron un punto detrás de la oreja y Sakura jadeó.

Sí, ahora mismo todo le importaba un bledo.

Sí, ahora mismo todo le importaba un bledo

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𝓛𝓪 𝓔𝓼𝓹𝓪𝓭𝓪 - 𝐒𝐚𝐤𝐮𝐫𝐚 𝐇𝐚𝐫 𝐮𝐧𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora