𝒞𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁𝑜 6

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Puesto que había olvidado hacerlo durante la fiesta de la noche anterior, Sakura quiso dar las gracias a Tobirama por las partituras mientras practicaban ejercicios de suelo después del desayuno. Sin embargo, había muchos más asesinos en la sala de entrenamiento, y no tenía ganas de hablar del regalo con los mayores. Sin duda lo interpretarían mal. Tampoco podía decirse que demostraran demasiado interés en las actividades de la asesina. Procuraban no interponerse en su camino, y ella no se molestaba en alternar con ellos. Además, tenía un dolor de cabeza terrible por culpa del vino espumoso y de lo mucho que había trasnochado. Ni siquiera era capaz de discurrir las palabras adecuadas.

Siguió ejercitándose hasta el mediodía e impresionó a su instructor con los movimientos que había aprendido del maestro mudo durante su estancia en el desierto Rojo. Notó que Tobirama la miraba desde las esterillas, a pocos metros de distancia. Procuró no mirar el torso desnudo y sudoroso del asesino cuando Tobirama se dio impulso, dio un salto mortal en el aire y aterrizó casi sin ruido en el suelo. ¡Por el amor del Wyrd, que rápido era! Sin duda también se había pasado el verano entrenando.

—Milady —tosió el instructor y Sakura giró la cabeza hacia él advirtiéndole con la mirada de que no hiciera ningún comentario.

Sakura hizo el puente desde arriba y lo remontó, todo en un mismo movimiento, pasando las piernas con suavidad por encima de la cabeza y luego devolviéndolas al suelo por el otro lado.

𝓛𝓪 𝓔𝓼𝓹𝓪𝓭𝓪 - 𝐒𝐚𝐤𝐮𝐫𝐚 𝐇𝐚𝐫 𝐮𝐧𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora