𝒞𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁𝑜 𝟧

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La cena transcurrió en silencio. Bee apareció a las ocho de la noche para llevarlos al barracón. Tobirama ni siquiera preguntó a dónde iban. Se limitó a acompañarlos, como si lo supiera perfectamente.

El barracón era un enorme almacén de madera. Aun a buena distancia, el lugar desprendía algo siniestro; el instinto le gritaba a Sakura que no entrara allí. El fuerte hedor de los cuerpos no la alcanzó hasta que estuvo dentro. Parpadeando para proteger los ojos del brillo de las antorchas y de las lámparas de aceite, Sakura tardó unos instantes en distinguir lo que tenía delante.

Bee, que avanzaba decidido por delante de ellos, no titubeó mientras pasaba ante celdas y más celdas repletas de esclavos. En cambio, se dirigió hacia un gran espacio abierto al fondo del almacén, donde un hombre de Eyllwe de piel aceitunada permanecía en pie entre cuatro piratas.

Junto a Sakura, Tobirama ahogó un grito y palideció. Por si el olor no bastara, las personas que se apiñaban en el interior de las celadas cogidas a los barrotes, encogidas contra los muros o aferrando a sus hijos —niños— rompían el corazón.

Aparte de algún sollozo ahogado, los esclavos —una mezcla de prisioneros de tierras diversas— guardaban silencio. Algunos ojos se abrieron como platos al verla. Sakura había olvidado el aspecto que ofrecía: sin rostro, con la capa ondeando tras ella, caminando a grandes zancadas como la muerte en persona. Algunos esclavos dibujaron incluso signos invisibles en el aire, como para protegerse de aquel diablo con el que la hubieran confundido.

La asesina se fijó en los cerrojos de las celdas y contó la cantidad de personas que se apiñaba en cada una. Parecían proceder de todos los reinos del continente. Distinguió incluso el pelo anaranjado y los ojos grises de los hombres de las montañas; tipos de aspecto feroz que observaban con atención los movimientos de Sakura. Y mujeres, algunas no mucho mayores que ella. ¿Eran rebeldes también o solo las habían sorprendido en el lugar equivocado en el momento inapropiado?

𝓛𝓪 𝓔𝓼𝓹𝓪𝓭𝓪 - 𝐒𝐚𝐤𝐮𝐫𝐚 𝐇𝐚𝐫 𝐮𝐧𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora