Capitulo 9

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Sakura despertó en la cama que un día le había pertenecido pero que ya no sentía suya. En el mundo faltaba algo, algo esencial. Su conciencia abandonó despacio las profundidades del sueño y tardó un buen rato en recordar qué había cambiado.

Podría haberse dicho que acababa de despertar en su propia cama del castillo, siendo todavía la protegida de Nagato y la rival de Tobirama, decidida a ser la asesina de Adarlan por siempre jamás. Hasta se lo podría haber creído de no haber sido porque echaba en falta gran parte de sus adoradas pertenencias, que ahora estaban en su piso de la ciudad.

Tobirama se había ido.

La realidad se abrió de par en par y se la tragó. Sakura no se movió de la cama.

Sabía que las horas pasaban porque la luz iba cambiando en la pared del dormitorio

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Sabía que las horas pasaban porque la luz iba cambiando en la pared del dormitorio. Sabía que el mundo seguía su curso, indiferente a la muerte de un joven, ignorante incluso de que hubiera existido y respirado, de que la hubiera amado. Odió al mundo por seguir girando. Tal vez si Sakura no se levantaba nunca, no tendría que girar con él.

El recuerdo del rostro de Tobirama empezaba a perder nitidez. ¿Sus ojos eran de un rojo dorado o sencillamente rojizos? No se acordaba. Y ya nunca podría averiguarlo.

𝓛𝓪 𝓔𝓼𝓹𝓪𝓭𝓪 - 𝐒𝐚𝐤𝐮𝐫𝐚 𝐇𝐚𝐫 𝐮𝐧𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora