Capítulo 43 |

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Antes de nada: Holi, estáis ante el antepenúltimo capítulo de MT. 

Los últimos tres que quedan los subiré semana a semana durante este mes de enero, de manera que: Sí, por fin, Midnightemptation tendrá un punto y final (al menos en esta novela).

Os dejo este capítulo con una pequeña advertencia: Preparad el corazón.

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Hacía varios minutos que el timbre había sonado y ya no quedaba prácticamente nadie en el aula a excepción de mí, que no me había movido un ápice. Por no hacer, no había ni cerrado el manual de Estadística. Lo había abierto al comenzar la clase por respeto a André y el entusiasmo con el que intentaba traspasarnos sus conocimientos, pero no le había prestado ni la más mínima atención en toda la hora.

No había conseguido pegar ojo en toda la noche. De hecho, llevaba varias sin poder conciliar el sueño y me perseguía una sensación de profundo letargo allá donde iba. La tenía pegada a mí como si fuera una sombra.

Cuando finalmente me decidí a levantarme la clase estaba vacía y André terminaba de equiparse el maletín. Me sonrió ampliamente al pasar por su lado, como de costumbre, y me dijo que tenía cara de que se me habían pegado las sábanas esa mañana. A continuación me preguntó por Elliot. Creía que habíamos pasado la noche juntos y que ese mismo fin de semana haríamos una escapada romántica fuera de la ciudad.

Fingí. A lo largo de esos meses había aprendido a hacerlo tan bien que podía improvisar sobre la marcha sin que mi interlocutor se diera cuenta de que tiraba de inventiva. No obstante, ahí estaba: esa sensación de desolación que me acompañaba más seguido de lo que me gustaría admitir y a la que empezaba a acostumbrarme. Sentí que la sonrisa me temblaba, que me costaba mantenerla firme en los labios. Que se quebraba, como yo.
Una parte de mí sabía que, por mucho que tirara de imaginación, sólo existía una verdad única y plausible que no desaparecería por mucho que tratara de camuflarla: No sabía si era cuestión de días, o quizás de horas, pero en una brevedad lacónica, no solo André, sino todo el mundo se enteraría de que todo aquello había sido una farsa y que Elliot estaba metido en un buen lío.

Salimos juntos del aula y luego cada uno tomó un rumbo distinto.

Arrugué el ceño ante el barullo que había en el pasadizo. La multitud se conglomeraba bulliciosa en mitad de éste y entorpecía el paso del resto de estudiantes, causando un evidente problema de tráfico. Estaba a punto de enfilarme hacia la salida cuando oí cómo alguien pronunciaba su nombre y, de repente, entendí la expectación que colapsaba la universidad.

Me hice un hueco y me puse de puntillas. Colgando del tablón de anuncios, un enorme cartel de color borgoña levantaba los murmullos del gentío. Promocionaba "el miércoles borracho", una tradición que los estudiantes senior habían impuesto años atrás y que perduraba hasta el día de hoy. Una fiesta temática que se celebraba el primer miércoles de cada mes y reunía a todos los alumnos de la universidad sin excepción durante la noche miércoles y la madrugada del jueves.

Sentí un mordisco a la altura del corazón cuando un estudiante pasó por mi lado con uno de los panfletos promocionales y pude ver más de cerca el contenido de éste. Se lo quité de las manos de un guantazo y él se quejó.
Boom. Boom, boom. Boom. Boom, boom. El corazón me latía tan deprisa que creí que estaba a punto de sufrir un infarto.

En el centro del cartel, unas alas de valkiria se desplegaban majestuosas. Dirigí mi mirada hacia el pie de página, en el cual podía leerse la premisa de la fiesta que acontecería esa misma noche: Un usuario. Un montón de desconocidos. Una fría noche de otoño. Y un único antifaz para proteger tu identidad. Quizá, si entras, no puedas salir. ¿Correrás el riesgo? ¡Te esperamos esta noche a las 23:00! A su lado, lo único capaz de destacar por encima de las alas: El nombre de Midnightemptation como principal anfitrión de la velada.

El irresistible juego de Midnightemptation (BORRADOR)Where stories live. Discover now