Capítulo 25

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La sensación de irrealidad que me embargó en cuanto puse un pie fuera de la habitación se afianzó con cada paso que di en dirección a la salida del angosto callejón por el que, aquella misma tarde, accedí a Midnightemptation

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La sensación de irrealidad que me embargó en cuanto puse un pie fuera de la habitación se afianzó con cada paso que di en dirección a la salida del angosto callejón por el que, aquella misma tarde, accedí a Midnightemptation. Una suave brisa acariciaba mi mejilla mientras recapitulaba lo sucedido a lo largo de aquellas largas horas que, en sus brazos, se habían convertido en apenas unos minutos. No obstante, y aunque el tiempo había pasado extremadamente deprisa hasta entonces, pareció ralentizarse tan pronto entré en Los Ángeles Inquirer.

A pesar de que éramos pocos quienes trabajábamos allí, el ambiente de la oficina no era precisamente cálido y distendido, más bien todo lo contrario; se caracterizaba por la apatía y falta de entusiasmo que consumía a los presentes. Por si no fuera ya suficiente, el entorno se tensó todavía más cuando James llamó a Heaven a su despacho al poco de que llegara.

El motivo de la reunión era un misterio para mí al igual que para el resto de mis compañeros que, aunque seguían en sus respectivos puestos, tenían los oídos sintonizados y los ojos acechantes a cualquier movimiento. No era una sorpresa para nadie que James y Heaven no se soportaran, de hecho, eran incapaces de estar en un mismo lugar sin discutir. Sus caracteres diferían hasta en el más insignificante matiz, sus inquietudes eran antagónicas y ambos se movían por motivos y valores completamente distintos.

Observé el montón de papeleo que volvía acumularse sobre mi mesa con una mueca antes de tomar la nota fosforescente que lo abanderaba y leer su contenido. Al parecer, James volvía a precisar de aquellos servicios de secretaría que yo no ofrecía para sacarse la parte pesada que suponían los trámites.

Bastó con que la pantalla del teléfono se alumbraba de forma momentánea para que mi malhumor —que, para ese entonces, era tan denso como las nubes que cubrían el cielo antes de una tormenta eléctrica— se desvaneciera por completo.

@Midnightemptation:

¿Has llegado a tiempo?

Me mordí el labio con fuerza para evitar que se me escapara una sonrisa bobalicona. El rastro que sus manos había dejado bajo mi piel ardía como estas nunca me hubieran abandonado y, de igual manera, lo hicieron los recuerdos de cada suspiro ahogado en mi mente.

@Girlonfire:

Por los pelos, pero sí.

Mentí, y lo hice de forma despiadada, pero no me importó. O, al menos, me importó menos de lo que lo haría decirle la verdad.

Había desechado la idea de decirle que, en realidad, habría llegado con tiempo más que suficiente de no ser por la repentina llamada de Elliot, justo a escasos minutos de entrar a trabajar.

Pese a que nuestra charla no contuvo más que negociaciones acerca de la hora en la que nos encontraríamos al día siguiente, sentía que abordar el tema con él era meterme en terrenos pantanosos, sobre todo tras lo conflictiva que se tornó nuestra última conversación acerca de mi supuesta relación con Elliot; así que decidí esconderle aquel pequeño detalle sin importancia para mantener la armonía que nuestro primer encuentro había instaurado.

El irresistible juego de Midnightemptation (BORRADOR)Where stories live. Discover now