Capítulo 46 | Final parte 1

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Antes de nada, avisar que Midnightemptation es una BILOGÍA, así que nadie se me altere que esto continúa (de hecho, tengo gran parte escrito)

Disfrutad que podáis jaja.

LeenCandy.

*

Aquella noche entrar en The Hole equivalía a zambullirse en una piscina de miel: era una trampa mortal. Bucear allí era imposible y su consistencia te impedía bracear en la superficie, no había escapatoria.

La atmósfera se sentía pesada desde que entramos y se volvía cada vez más sofocante desde que pasamos por los controles de seguridad. Por suerte, nos anticipamos a ellos: Elliot pasó los dispositivos electrónicos y el resto de lo que necesitábamos por su cuenta mientras a mí me cacheaban.

Aprovechamos que el ambiente del local estaba cargado por la pálida bruma de las shishas y el ajetreo del servicio para escabullirnos a toda velocidad entre el gentío. Después, nos detuvimos en un pasadizo vacío.

—Llevas el móvil encima, ¿verdad? —me preguntó. Intentaba ser delicado, pero su mano estrechaba la mía con tensión.

—Sí, pero lo tengo en silencio —contesté. Notaba el teléfono oculto en el tiro alto de las medias—. Esto es enorme.

—Heaven tiene los planos del local, así que no tienes de qué preocuparte —Se pronunció serio, imperturbable, con tal de convencerme, mas su voz impostada lo delató. Estaba igual o peor que yo—. Ten —sacó una tarjeta del bolsillo interno de su americana—, con esto podrás acceder a todas las suites que hay en The Hole. No hay ninguna reservada hasta la una, así que tienes cuarenta y cinco minutos para peinarlas de arriba abajo y sacar a tu amiga de aquí.

La mano me tembló al cogerla.

—Escúchame —Me cogió del antebrazo para mantenerme firme y me acercó a él, provocando que diera un traspié—, todo va a ir bien. Vas a encontrar a Ginger y a salir de este edificio antes de que haya amanecido.

—¿Y si no está ahí?

—A ver, B—Se agachó para quedar a mi altura y, tras echar un vistazo a los alrededores, volvió a centrarse en mí—. Ya te lo he dicho, si Ginger está en The Hole, sólo puede estar en una de las suites presidenciales. Estoy seguro.

Había un montón de y si... abarrotando mis pensamientos y llenándolos de imágenes desastrosas de todo lo que podía salir mal. Mi mente se había encargado de recrear con una verosimilitud pasmosa todos los escenarios posibles y sentía que, en cualquier momento, iba a darme un síncope y caer redonda al suelo.

—¿Y tú? ¿Qué va a ser de ti? —Me tragué mis miedos. Tanto Ginger como Elliot me necesitaban, no podía permitirme flaquear.

—Me ceñiré al plan: iré al despacho de Allen y al almacén a recopilar pruebas y grabar todo, tal y como ha dicho Heaven —me recordó con insistencia, sin soltarme—. Es lo que debo hacer.

—¿Y si no lo consigues? ¿Y si algo sale mal? ¿Cómo voy a saber que estás bien?

—Tú ocúpate de salir de aquí, el resto es cosa mía —Supo que no estaba convencida, pues me cogió del mentón y añadió—: Me las apañaré, siempre lo hago. Soy una mala hierba, y ya sabes que dicen de ellas, ¿no?

—Mala hierba nunca muere —Lo miré dubitativa.

—Exacto, mala hierba nunca muere —repitió—. Así que lo siento por la parte que te toca, pero vas a tener que seguir aguantándome cuando todo esto acabe.

El irresistible juego de Midnightemptation (BORRADOR)Where stories live. Discover now