Capítulo 5

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—¿Qué te parece? —me preguntó Heaven

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—¿Qué te parece? —me preguntó Heaven. Su voz resonó por la oficina, que estaría completamente vacía de no ser por nuestra presencia.

Me acerqué a la pantalla del ordenador para ver mejor ante su sonrisa triunfal.

Por lo que podía ver, Heaven había estado muy ocupada montando el reportaje semanal para LAI: Noticias de Actualidad, pues apenas estábamos a mitad de semana y ya lo tenía prácticamente listo.

—Increíble —contesté. Ciertamente, el contenido era una brutalidad, como todo lo que salía de manos de Heaven, pero había algo que llamaba todavía más mi atención—. ¿Quién ha hecho los diseños del vídeo? No quiero parecer indiscreta, pero no se parecen a los que soléis colgar en la web.

Los diseños que adornaban la web del periódico y, en especial, los del nuevo formato solían ser de baja calidad, poco atractivos y anticuados, nada que ver con lo que tenía frente a mí.

—Eso es porque lo ha hecho otro diseñador —me guiñó el ojo mientras deslizaba el cursor por la pantalla para mostrarme todas las novedades en la web—. Entonces, ¿te gusta?

—Me encanta, tiene mucha personalidad, es original y llamativo. El de antes era...

—Una mierda, puedes decirlo. Por suerte, el diseñador que la llevaba presentó su dimisión la semana pasada —respondió, haciéndose un moño bajo y sujetándolo con uno de los bolígrafos que tenía a mano. Acto seguido, se dejó caer en la butaca y se desperezó—. He estado buscando candidatos por mi cuenta. Necesitamos a alguien que se defienda en programación, edición y diseño, no como el papanatas que teníamos hasta ahora.

—¿James lo sabe? —inquirí. Por su mirada pude adivinar que no, aunque de todas formas no me sorprendía en lo más mínimo. Heaven era el alma del periódico, a pesar de no ser la directora de este, y se pasaba las directrices de James por allá donde no daba el Sol.

—Lo sabrá cuando llegue el momento. Y mejor que sea así, no quiero tener que oírle antes de tiempo —se sacó las gafas y las dejó sobre el escritorio con cansancio. Luego, cerró los ojos y se masajeó el puente de su pequeña nariz.

Permanecí en silencio durante algunos minutos, dejando que se calmara. No hacía mucho que trabajaba allí, pero sabía a la perfección que Heaven y James no se llevaban nada bien.

Él era partidario de seguir la misma línea que sus antepasados marcaron, sin modernizarse. Prefería que el periódico se quedara estancado tal y como estaba, sin pasar pena ni gloria, antes que hacer de más, y Heaven... Ella era como un fuego arrasador, dejaba cenizas allá por donde pasaba. Era buena en lo que hacía, tenía ganas y una voluntad de acero de las que escaseaban. En definitiva, era una profesional de pies a cabeza con muchas aspiraciones a la que el bajo tejado de James comenzaba a hacérsele pequeño.

—Sé que mi opinión no suma ni resta, pero creo que es una buena decisión —sus ojos claros se posaron en mí al oírme hablar—. Quiero decir, sabes lo que te haces mejor que nadie aquí, si alguien puede levantar esto eres tú.

El irresistible juego de Midnightemptation (BORRADOR)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora