Capítulo 14

5K 630 245
                                    

Primero que nada, siento la ausencia de esta última semana y algo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Primero que nada, siento la ausencia de esta última semana y algo. Como ya sabréis si me seguís en Instagram o derivados, pasé por quirófano hace poco y he estado bastante débil. La recuperación está siendo una mierda, pero bueno que ya estoy mejor y puedo volver a las actualizaciones normales.

Volvemos con Midnightemptation, señores.

*****

—¿Tenéis ibuprofeno? —alejé la bandeja que había frente a mí y, una vez la tuve a una distancia prudente, le dediqué una mirada de animadversión a la comida que reposaba en ella.

Nos encontrábamos en la cafetería de la universidad, tomando un tentempié que nos permitiera aguantar hasta la hora del almuerzo.

—Creo que tengo un paquete —Willow abrió la cremallera de su mochila y rebuscó en uno de los bolsillos—. Es en pastilla, no te importa, ¿verdad?

—Cosas más grandes se ha metido en la boca —contestó Ginger con ese particular humor que la caracterizaba. Sus ojos azules estaban perdidos entre el gentío que habitaba en la cafetería y, de vez en cuando, acompañaba su porvenir con suspiros hastiados—. ¿Ya te ha bajado la regla?

—Me estoy desangrando, no sé ni cómo me mantengo en pie —admití. Sin esperar ni un minuto más, tomé el agua y me tragué la pastilla que Willow me tendía. No solía tener una menstruación muy dolorosa, pero cuando me daba... Podía tirarme los cuatro días que me duraba tirada en el sofá y haciendo la croqueta por el piso—. Gracias Wi.

La semana había pasado a velocidades antinaturales frente a mis ojos, o tal vez, simplemente, había vuelto a su ritmo normal.

Nos encontrábamos en pleno jueves y lo sucedido con Elliot ya estaba en boca de todos. Eran muchas las historias que se contaban alrededor de lo ocurrido —la gran mayoría muchísimo peores incluso de lo que yo había inventado— y, lo que era mejor, el nuevo chisme había opacado las habladurías que se cernían sobre mi persona. De hecho, contaban las malas lenguas que, el lunes a primera hora de la mañana, el aula en la que Elliot tomaba clases estaba empapelada con las fotos de su íntegro desnudo.

Sonreí al recordarlo. Hubiera pagado cualquier cantidad, por desorbitante que fuera, con tal de haber estado allí cuando llegó.

—¿Qué haréis este fin de semana? —inquirió Ginger dándole un largo sorbo a su café.

—Tengo que repasar para un examen, pero poco más.

—Y yo tengo que acabar un trabajo, pero, por el resto, nada de nada —respondí.

—¿Os hace que vayamos a ver una película? No creo que aguante todo el finde encerrada de la habitación y como escriba algo más acerca de Pávlov me da algo.

Estábamos por acabar de concretar nuestra salida del sábado cuando, de repente, se oyó un pitido. Seguido de un mar de ellos. Uno seguido de otro sin intervalo de separación.

El irresistible juego de Midnightemptation (BORRADOR)Where stories live. Discover now