Capítulo 6

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Ver a Willow adentrándose en mi armario y quedando engullida por él hizo que entendiera a qué se refería a mi madre cuando decía que mi ropero era un auténtico caos

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Ver a Willow adentrándose en mi armario y quedando engullida por él hizo que entendiera a qué se refería a mi madre cuando decía que mi ropero era un auténtico caos. Llegaría a Narnia antes de encontrar la salida.

—¿Estás segura de esto? —le comenté dubitativa.

Willow llamó a mi puerta después del desayuno, aprovechando que ninguna de las dos teníamos clases ese día y me pidió, con esa mirada inocentona suya, si podía cubrirle para asistir a una fiesta que se celebraría durante el fin de semana.

Ginger, que acababa de irse a clase, se había emocionado al escucharla, pues siempre tuvo la esperanza de que Wi terminaría por ignorar las manipulaciones de su madre, que siempre la encadenaba en su habitación, y saldría a explorar el mundo junto a nosotras. Sin embargo, yo...

—Completamente segura —musitó, aunque seguía sin convencerme en lo más mínimo.

Sabía que teníamos la misma edad, pero la sentía como a un ser indefenso al que debía proteger desde que éramos unas niñas y en mi cabeza no cabía la posibilidad de que eso fuera a cambiar. Además, estaba el tema de su madre... Dios sabía que la señora Jenkins daba verdadero pavor cuando se enfadaba y yo no quería ser la responsable de su furia.

—Wi, no sé yo si es una buena idea... Y no creo que tu madre lo apruebe.

La cabecilla recubierta de cabello rubio reapareció frente a mí tan pronto pronuncié esas palabras.

—No me importa —me contestó con seguridad. La insólita dureza en su mirar empañó sus facciones aniñadas cuando clavó sus ojos en mí—. Nunca he ido a una sola fiesta desde que entré en la universidad, es más, creo que la última vez que salí de noche para algo parecido fue por el decimotercero cumpleaños de Nicolas Bell.

—¿El mocoso de Nicolas Bell? —inquirí con la frente arrugada— Ese niño me daba repelús.

—Ese es el kit de la cuestión. ¡Tengo veintiún años y la última fiesta memorable en la que estuve fue en la de un crío cuya nariz segregaba fluidos asquerosos de forma permanente! ¿Sabes cómo se siente eso? —bufó— Pues claro que no, porque tu madre es una persona normal y no una loca que quiere retenerte en su pútrido nido de ave rapaz.

Vi cómo Willow plegaba la ropa que se había probado con anterioridad a golpes mientras blasfemaba como jamás le escuché hacer por lo bajo.

Recordé todas las veces en las que tuvo que cubrirme durante el instituto. Fueron muchas, algunas tan arriesgadas que no sabía cómo mi amiga se las había ingeniado para que nuestras madres no sospecharan nada. Una vez, incluso, tuvo que hacer pasar a una almohada por mí.

—Está bien, te cubriré —accedí al final y noté cómo Willow esbozaba una tímida sonrisa—. ¿Con quién irás?

—¿Sabes esas chicas de la biblioteca? ¿Las del otro día? —asentí— Pues con ellas. Vamos juntas a clase.

El irresistible juego de Midnightemptation (BORRADOR)Where stories live. Discover now