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CAPÍTULO 6

ESCENA 12
13 DE OCTUBRE DE 1972
DÍA 1

LAS MANOS DE CECILIA ESTABAN FUERTEMENTE ENTRELAZADAS CON LAS DE COCO. Cuando abrió sus ojos lentamente, solo podía escuchar un zumbido en sus orejas y un sonido de una gotera. Ajustando su vista, logró observar cómo pequeñas gotas de sangre caían sobre su mano izquierda, manchando sus dedos y su anillo de compromiso de sangre.

Su boca se sentía completamente seca, y mientras trataba de tomar respiros hondos, pequeños fragmentos de lo que acababa de ocurrir llegaban a ella. Recordaba subirse al avión, darle un beso a Roberto antes de ir a sentarse junto a Coco, empujar a Roy para poder aparecer en la foto que tomaba Arturo y gritarle a Carlitos cuando accidentalmente golpeó su brazo con su pelota de rugby.

También recordaba terminar una de las hojas de su libro de Sudoku antes de aburrirse. Coco estaba charlando con Carlitos y Bobby, y sus primos seguían jugando a las cartas. Dejando su libro en su bolso, Cecilia tomó unos pasos hacia los asientos de adelante hasta llegar a Roberto, quien estaba sentado del lado del pasillo.

Dejo su conversación con Daniel Maspons para darle su atención a Cecilia. — No sabía que el avión tenía azafatas tan lindas. - comentó Roberto, estirando su brazo para rodear la cintura de la chica.

Cecilia río, acomodando unos mechones del cabello de Roberto. — ¿Solo linda?

Roberto rodó los ojos, soltando un fingido suspiro exasperado. — Linda, hermosa, carismática, inteligente, ¿ahora está bien? -preguntó, mientras su mano libre traviesamente bordeaba el final del cárdigan de Cecilia.

— Mucho mejor. -confirmó Cecilia con una sonrisa.

— Cecilia. -la llamó Dani, rompiendo la burbuja que envolvía a la pareja.- Volve a tu asiento. -ordenó con seriedad.

Cecilia chasqueó su lengua sin darle importancia. Aún si ya habían advertido que en unos pocos minutos aterrizarían, quería quedarse unos minutos más con Roberto. No se arrepentía de sentarse con Coco y pasar tiempo con los chicos del equipo, pero sabía que por el partido en Chile, Roberto pasaría la mayoría de sus horas entrenando en vez de recorrer la ciudad con ella. Ni siquiera podrían compartir la misma habitación en el hotel, y no era como si Cecilia podría invitarlo a su habitación, ya que la compartiría con Susana y si madre. De todos modos, sabía que Nando, quien compartiría la habitación con Roberto, sería comprensivo con ambos y les dejaría la habitación a solas.

— Quiero estirar las piernas un rato. -contestó Cecilia con sencillez, ignorando la advertencia de su hermano.

Amagó a irse para volver a su asiento, pero en un movimiento rápido Cecilia logró estar sentada sobre las piernas de Roberto.

— Ay, perdón. -se disculpó con una falsa inocencia, fingiendo sorpresa ante la nueva posición.- Es la turbulencia.

Roberto río, ajustando su agarre sobre la cintura de Cecilia. De reojo, ella pudo observar cómo Dani simplemente suspiraba y negaba con su cabeza sin poder creerlo. Un par de filas más atrás, Pancho Abal silbó por la pareja y Gastón les aplaudió.

— Buenas tardes, damas y caballeros, aquí les habla su capitán, el general Carlos Páez. -hablo Carlitos, su voz escuchándose por todo el avión.

Sus ojos recorrieron los asientos, quedándose unos segundos de más en Cecilia. A pesar de que ella estaba cómodamente sentada en el regazo de su prometido, Carlitos le guiñó el ojo.

Cecilia no le dio ni un mínimo de su atención. Acomodó sus brazos para rodear el cuello de Roberto, quien la mantenía cerca de él. Dejando un beso disimulado en el cuello de la chica, Cecilia mordió su lengua para evitar que se le escapara una risa por el contacto.

SAFE AND SOUND | MATÍAS RECALTOnde histórias criam vida. Descubra agora