08

7.5K 609 224
                                    

CAPÍTULO 8

ESCENA 16
14 DE OCTUBRE DE 1972
DÍA 2

A PESAR DE QUERER QUE CECILIA CONTINUARÁ DESCANSANDO, FITO GENTILMENTE LA DESPERTÓ. Estaba durmiendo tranquilamente, con su cabeza apoyada sobre su hombro y el brazo de Fito rodeando sus hombros para que estuviera más comoda. Casi no pudo dormir la noche anterior, por lo que aquella mañana solo le tomó unos segundos a Cecilia para sentarse al lado de su primo en la nieve para quedarse dormida.

— Ceci. -habló Fito, moviendo el hombro de la chica para que se despertara.- Vamos a comer algo, despertate.

Los ojos de Cecilia se abrieron lentamente. Mientras frotaba sus ojos para despertarse por completo, se sintió confundida. En el mundo de los sueños, casi se había olvidado del accidente.

Con Fito se dirigieron hacia Dani y Eduardo, quienes compartían un cigarrillo. Cecilia estiró sus brazos, sentándose al lado de su hermano en la nieve. Notando lo pálidas que estaban las manos de Dani, Cecilia las tomó, entrelazando sus dedos para tratar de darle calor.

La poca comida que tenían en sus valijas había sido racionada por Marcelo. El chico repartió cada porción cuidadosamente, en este caso tratandose de una galletita de agua con un pequeño marisco encima. A pesar del hambre que comenzaba a manifestarse en Cecilia, dudó antes de tomar un bocado.

Discretamente se acercó hacia Roberto, quien estaba sentado sobre una de las valijas cerca de los Strauch. Cecilia se sentó a su lado, reposando su cabeza sobre su hombro para poder batallar contra el frío y que nadie los escuchara.

— ¿Esto es bueno para el bebé? -preguntó en voz baja, claramente preocupada. Su conocimiento básico sobre embarazos se sentía escaso, pero sabía que podía confiar en Roberto.- ¿No se supone qué hay que evitar pescado durante el embarazo?

Roberto lo pensó por un momento. La organización de la poca comida que tenían se estaba volviendo en un tema preocupante. Marcelo y la mayoría de los más grandes trataba de ocultarlo para no preocupar al resto, pero Roberto no podía evitar sentir que afectaría a Cecilia más que nadie por su embarazo.

— Lo que es bueno para el bebé es que comas. -respondió Roberto, algo impaciente para poder convencerla.

La respuesta tajante la tomó desprevenida. Sus ojos inspeccionaron la comida que le habían dado, todavía dudando de si sería lo correcto seguir su instinto y que le ganara su hambre creciente.

Al ver las acciones de Cecilia, no del todo seguro acerca, Roberto se sintió culpable. Con un suspiro, reposó su brazo sobre los hombros de Cecilia. Quitó un par de copos de nieve de su cabello antes de acomodarla sobre su hombro.

— Dámelo. -habló, intercambiando el marisco en la galleta de Cecilia por su propia galleta.- Come esto.

Cecilia le sonrió agradecida. Hace unos minutos se había escuchado el sonido lejano de un avión, logrando calmar sus nervios. Trataba de hacer lo mejor posible para no estresarse por la situación, procurando mantenerse lo más calmada posible hasta que llegara el rescate. Una vez que fueron rescatados, sabía que lo primero que haría sería preguntar acerca de la seguridad de su embarazo en un hospital.

Eduardo les extendió la botella del licor que habían encontrado en una de las valijas. — Ceci. -la llamó.- Toma un poco.

Cecilia tentativamente agarró la botella. En las últimas horas, había hecho lo mejor posible para ocultar su embarazo, evadiendo todos los ofrecimientos de cigarrillos y licores de los chicos. Era la mejor manera de combatir el frío, pero nunca se permitiría hacer algo que perjudicara a su bebe.

SAFE AND SOUND | MATÍAS RECALTWhere stories live. Discover now