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TODA LA FURIA DE MARÍA PASÓ A SER PURA ANGUSTIA. No pudo evitar las lágrimas que se escaparon de sus ojos al acercarse a su departamento, desesperadamente deseando no cruzarse a Enzo o a Agustín. Ya sería duro ver a Belén y a Eva, por lo que María respiró con pesadez en el trayecto del ascensor a su piso.
Sin embargo, en cuanto sacó las llaves de su cartera, su cuerpo fue invadido por nauseas. Le seguía doliendo la cabeza por lo mucho que había llorado e insultado a Matías por lo bajo, pero el sentimiento de vacío en su estómago se intensificó en instantes.
No pudo saludar a su mamá y hermana, quienes estaban en la cocina terminando de preparar unas empanadas de calabaza. Al ver cómo María iba directamente al baño, fruncieron sus cejas en confusión, siguiendo los pasos de la chica.
— ¿Mery? -llamó Belén, limpiando la harina que había quedado en sus manos con un trapo húmedo.
Al escuchar las arcadas y respiración trabajosa de la chica, Eva aceleró sus pasos, acercándose a la chica que estaba en sus rodillas, vomitando todo lo que había comido aquel día mientras sus manos sostenían su cabello.
Eva inmediatamente se agachó a un lado de la chica, sosteniendo su cabello de una forma gentil. — María, ¿qué pasa? -preguntó con preocupación, limpiando el sudor de su rostro con el dorso de su mano.
— Mery, tranquila, estás bien. -agregó Belén, acariciando la espalda de su hermana.- ¿Te enfermaste durante la grabación?
María tosió, frunciendo su nariz en disgusto por el olor de su vómito. Mientras Eva limpiaba su rostro con una toalla mojada en agua y Belén tiraba la cadena, María dudó acerca de que contarles. No podía decirles que había cortado con Matías, en especial, porque nunca habían sido novios, pero tampoco sabía como explicarles todo lo que había ocurrido.
— Me siento mal. -habló en voz baja, reposando su cabeza sobre el hombro de Belén.- Tuvimos que grabar una escena durísima.
Belén asintió, imaginando el peso que las escenas de la película podrían tener sobre María. — Pobrecita. -murmuró, ajustando su agarre sobre la chica para poder acariciar su espalda.- Tranquila, ya estás acá.
