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CAPÍTULO 38

MATÍAS HABÍA DEJADO DE SEGUIR A MARÍA EN INSTAGRAM.

La chica nunca había creído en aquellas aplicaciones que notificaban a la persona cuando un usuario la había dejado de seguir. Con la gran base de seguidores que tenía, aquel tema era específicamente de su agente si llegaba a sufrir una gran pérdida de seguidores.

Además, al tener a Belén, quien era una chismosa, no necesitaba una aplicación que le avisara quien la había dejado de seguir.

— Mery. -comenzó a hablar su hermana tentativamente, acercándose a la chica que estaba buscando su campera.- Pasó algo cuando trate de publicar la foto que me dijiste.

María la miró confundida mientras ataba sus zapatillas. Tenía que irse al set, pero había decidido publicar unas fotos en su Instagram de las semanas del rodaje antes de irse de su departamento, considerando que una vez que subieran al teleférico, no tendría señal.

— ¿Qué pasó? -preguntó, más concentrada en revisar que su cartera tuviera todos sus esenciales.- ¿Algo con el formato?

Belén simplemente acercó el celular a la chica, el cual había quedado con una foto de Matías. María se la había sacado, riendo al ver la cara seria del chico mientras fumaba con un paraguas para protegerse de los copos de nieve que caían sobre ambos.

Su hermana tragó saliva antes de continuar. — No me deja etiquetarlo. -explicó.- Me fije y te dejo de seguir.

María creyó que Belén le estaba haciendo una broma. Siempre solían molestarse con los chicos que les gustaban, pero en cuanto María agarró su celular para tratar de etiquetar a Matías, no encontró su nombre de usuario.

Tampoco podía encontrarlo en su lista de seguidores. Lo tenía en sus seguidos, pero al no seguirse mutuamente, no podía etiquetarlo en sus publicaciones.

El pensamiento rondó la cabeza de María por horas. Sentada en el trailer de maquillaje, tuvo que resistir el impulso de morder el interior de su mejilla para poder pensar claramente, dejando que su maquilladora colocara más polvo traslúcido sobre su rostro.

Tenía que ser un error. O una broma de muy mal gusto de parte de Matías. También existía la posibilidad en la cabeza de María de que todo hubiera sido un accidente, y a pesar de que no quería pensar más en el tema, no pudo evitar observar la lista de seguidos de Matías, encontrando a todos los integrantes de la película excepto a ella.

Una sonrisa apareció en su rostro al sentir a Francisco abalanzarse sobre ella en un abrazo, causando risas en el resto de las maquilladoras. Dejó su celular en su cartera, respondiendo el abrazo de Francisco y concentrándose únicamente en su presencia en vez de la actitud extraña de Matías.

— Che, Franchu. -habló María, sentándose a su lado mientras terminaban de acomodar los mechones de cabello del chico.- ¿No lo notaste medio raro a Mati?

Francisco le dirigió una mirada cómplice, con una sonrisa llena de humor en su rostro. — ¿A Mati? -repitió, con una voz chillona para imitar a María.

La chica pateó su pie. — Dale, te lo digo enserio. -insistió, mostrando su impaciencia.

Francisco rió, cerrando sus ojos para que aplicaran una crema sobre sus ojeras. — La verdad que no. -respondió, levantando una ceja en pregunta.- ¿Por?

Un leve puchero de frustración apareció en el rostro de María. — No sé, está medio distante. -admitió en voz baja, acercándose a Francisco para que ni Enzo o Agustín los escucharan, quienes estaban en el otro lado de la habitación maquillándose.- Antes pasábamos todos los días juntos.

SAFE AND SOUND | MATÍAS RECALTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora