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MARZO DE 1970 Mes en que Cecilia Fernández Strauch conoció y comenzó a odiar a Carlitos Páez
EN POCAS OCASIONES EL EQUIPO DE HOCKEY DE CECILIA DECIDÍA PAGAR EL ALQUILER DE LA CANCHA DEL COLEGIO OLD CHRISTIANS. Las condiciones de la cancha eran mucho mejor que las del colegio privado de Cecilia, donde a la mayoría de las chicas se les fomentaba alguna otra actividad, como el taller de cocina o bordado. Las pocas veces que lograban tener la cancha para ellas solas, aprovechaban esas tres horas, unas chicas más que otras.
La distracción de los chicos del equipo de rugby del colegio era muy tentadora para algunas integrantes del equipo. Mientras Cecilia practicaba con su palo de hockey un par de trucos, la mayoría de sus amigas cuchicheaban entre ellas acerca de los chicos que esperaban pacientemente a que terminaran los quince minutos que le quedaban a las chicas.
— Siempre es un buen día cuando practican las de hockey antes. -hablo Carlitos, distraídamente apoyándose contra la reja para ver a las chicas mejor.
Coco negó con su cabeza sin creer sus palabras mientras Bobby reía. — Y vos siempre decís lo mismo, Carlitos. -comentó, dándole una palmada a la espalda de su amigo.
Carlitos no se inmutó, mirando la interacción entre un par de chicas. Una de ellas, con su cabello claro sostenido por una vincha rosada, les insistía que volvieran al juego. Tomo de los brazos a una de sus amigas quien reposaba en la sombra, para luego dirigirse a su entrenador e intercambiar un par de palabras. En una cuestión de segundos, el partido de las chicas ya había comenzado.
Asintiendo en dirección a ella, Carlitos se dirigió hacia el resto de sus compañeros. — ¿Quién es esa?
Mirando hacia quien se refería, la mitad de los chicos sonrieron con humor mientras que la otra mitad suspiraba, ya sabiendo lo que les esperaba.
— Ni se te ocurra, Carlitos. -le recomendó Nando, dándole una palmada en su espalda.
A Gastón se le escapó una risa, mirando de reojo a Roberto. El chico había estado riéndose de las típicas acciones de Carlitos de observar a las chicas del equipo de hockey hasta que se dio cuenta de que hablaba de Cecilia. La sonrisa se le borró del rostro, inmediatamente parándose del banco donde estaba atando los cordones de sus zapatillas y dirigiéndose hacia el grupo de amigos de Carlitos.
— Justo te fijas en la nenita Strauch. -hablo Gastón, juntando sus manos como si rezara.
Eduardo rodó los ojos, con una pequeña sonrisa traviesa en su rostro. — Es la hermana de Dani. -explicó, contando las horas para la cena familiar de aquella noche para contarle lo ocurrido a su primo.
Carlitos hizo la conexión en su cabeza en un momento. — Entonces es tu prima. Mira vos. -comentó distraídamente.
Sus ojos seguían sus despegarse de la chica, observando cómo toda su atención estaba en su partido. Sus movimientos eran rápidas, eficazmente pasando por las chicas del equipo contrario sin dificultad alguna. Parecía como si casi no le costara correr de un lado de la cancha a la otra.
