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PARTE DOS

CAPÍTULO UNO


MARÍA NO PUDO PEGAR UN OJO EN TODA LA NOCHE. Era la madrugada del 18 de diciembre, y sus nervios por el partido de Argentina contra Francia la mantuvieron despierta, a pesar de que el cambio de horario en Qatar la mantuvieron cansada la mayoría de los días.

Estiró su brazo sobre su cabeza, buscando su celular que debía estar en la mesita de luz al lado de su cama. Sin embargo, su mano se encontró con un reloj y dos paquetes de condones vacíos, provocando que Maria frunciera sus cejas en confusión.

Con lentitud, recordó los eventos de la noche anterior. Recordaba que luego de ir a la playa, había vuelto junto a Simon y Juani a su edificio, donde habían alquilado distintos departamentos durante las dos semanas que estarían en Qatar. Juani se había quejado durante todo el viaje porque Felipe no había querido ser su compañero de cuarto y preferia alquilar un departamento él solo, pero la única que sabía sus verdaderos motivos era María.

El chico estaba dormido cabeza abajo al lado de María, con su mano que reposaba sobre el muslo de la chica ajustando su agarre sobre su piel al sentirla moviéndose.

María simplemente se sentó, agarrando la sábana que se había caído de la cama para que pudieran taparse, considerando que Felipe había dejado el aire en 18 grados y estaba en cuero, usando unos boxers negros con el escudo de la selección mientras que María usaba la remera de aquel conjunto, la cual llegaba hasta sus rodillas.

— Gorda. -murmuró Felipe, todavía con su rostro enterrado en su almohada.- No sonó la alarma todavía, volve para acá.

La chica ni siquiera pudo protestar, con el brazo de Felipe enroscándose sobre su cintura para volver a tirarla sobre la cama. María se acurrucó a su lado, enterrando su rostro sobre el pecho musculoso de Felipe mientras pasaba una pierna por encima de él para protegerse del frío que invadía la habitación.

No había planeado quedarse a dormir en el departamento de Felipe. Se suponía que se iría a su piso luego de tener una cena con el chico, lo que provocó que utilizaran los dos condones que había comprado. Sin embargo, no pudo evitar quedarse dormida luego de ducharse junto a Felipe mientras distraídamente veían una película.

— Tengo que volver a mi depto. -respondió en voz baja, pasando una mano por el cabello de Felipe, el cual caía sobre su frente.- Van a venir los chicos.

Felipe no respondió, simplemente ajustando su agarre para que María quedara encima de él, escondiendo su rostro sobre su cuello. — No pasa nada, tranqui. -le aseguró adormilado, con su voz ronca enviando vibraciones a lo largo del cuerpo de María.- Dormí un ratito más.

La chica tentativamente asintió, a pesar de que la voz ronca de Felipe y los pechos de ambos presionados le provocó un escalofrío. Intentó dormir, escuchando el latido del corazón del chico, pero al sentir la mano de Felipe dejar caricias sobre su espalda por debajo de su remera, supo que estaba pensando lo mismo que ella.

Los brazos de Felipe no se despegaron de María cuando la alarma sonó. Soltó un leve gruñido, plantando un beso sobre el cuello de la chica antes de estirar su mano para apagar su celular, enderezandose sobre su cama.

María acomodó su posición, colocándose a horcajadas de Felipe. El chico le dio una sonrisa todavía adormilado antes de dejar caer su frente sobre el hombro de María, cerrando sus ojos para poder descansar unos minutos más.

La chica lamió sus labios, pasando sus manos por el cabello suave del chico. No tardó en presionar sus caderas contra las de Felipe, quien había sutilmente colocado sus manos por debajo de la remera de María, jugueteando con la tela de su ropa interior de encaje blanco.

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