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CAPÍTULO 23


ESCENA 46
AFUERA DEL FUSELAJE, ROBERTO SENTÍA LA MIRADA INTENSA DE DANIEL SOBRE ÉL. Sabía que los pensamientos del chico estaban llenos de preocupación por su hermana, teniendo al culpable de todos sus problemas en frente de él.

El resto de los chicos lo observaban con lástima, todavía tratando de encontrar las palabras adecuadas para dirigirse a él. Aún si le ofrecían todo su apoyo, no había nada que pudiera sacar la culpa de su pecho.

Nando se acercó a él, dándole una palmada en su espalda en apoyo. A pesar de que la mayor parte de la atención estaba en Cecilia por el sufrimiento físico que había atravesado y que todavía mostraba sus consecuencias sobre su cuerpo, la angustia en la mirada de Roberto era palpable.

Todavía recordaba cómo había sido Fito el que les había contado a los chicos lo ocurrido por las pocas fuerzas de Roberto. Había terminado de limpiar sus manos luego de la examinación a Cecilia, y luego de que la chica insistiera en tejer la bufanda de Coco, pudo observar a través de una de las ventanas del avión cómo Fito la acompañaba.

Fito se sentó a su lado, manteniendo su mano sobre la espalda de la chica para asegurarle que estaría con ella. Roberto sabía que él era quien debía estar reconfortando a su prometida, pero no se atrevía a verla a la cara luego de haber fallado en salvar la vida de su hijo.

Daniel se acercó a él, dejando de mirarlo únicamente por un momento para observar la figura tensa de Cecilia que tejía al lado de Fito. — Roberto, anda ahora mismo con Ceci. -le ordenó sin preámbulos.

La preocupación de Daniel por Cecilia era palpable, y a pesar de la cantidad de respeto que Roberto le tenia a Daniel y el amor que sentía por Cecilia, se mantuvo fijo en su lugar, simplemente observando en vez de actuar.

Tenia que ir y ayudar a Cecilia en aquel momento difícil que estaban atravesando ambos, pero temía que solamente lograría arruinar la situación. Recordaba la discusión entre ambos cuando Roberto le había dicho bruscamente que Cecilia tenia que pensar en su propia supervivencia, recalcando que tenia más chances de vivir que su hijo. También recordaba las lágrimas en los ojos de Cecilia cuando le había dicho que si algo ocurría con su bebe sería toda culpa de Roberto.

En la mente de Roberto que no dejaba de culparse, Cecilia tenia toda la razón.

— No puedo. -murmuró Roberto, sin poder despegar su vista de Fito hablándole a Cecilia, quien seguía tejiendo sin darle atención a su alrededor.

Daniel frunció sus cejas en confusión. — ¿Cómo que no podes? -espetó, agarrando el hombro de Roberto con fuerza para obligarlo a que lo mire.- Sabes lo mucho que Cecilia quería a su bebe y como anhelaba ser mamá.

Cuando Roberto no respondió, la expresión de Daniel se volvió más dura, con sus ojos entrecerrándose en enojo. — Si le llega a pasar algo va a ser tu culpa. -declaró.- Vos la embarazaste, y no podemos perderla a ella también.

Aquellas palabras provocaron otra oleada de náuseas en Roberto. Entendía que Daniel estuviera actuando de aquella manera por preocupación por su hermana menor, pero él también estaba sufriendo su pérdida, y no sabía que decirle a Cecilia excepto disculparse sin cansancio.

Con sus emociones a punto de explotar, Roberto se volteó lentamente hacia Daniel, tratando de contenerse a sí mismo. — También era mi hijo. -habló con su voz firme, aún si sus manos temblaban.

Daniel por un momento pareció entender que la pérdida de Cecilia la compartía junto a Roberto. Desde el accidente, el chico había tenido una gran responsabilidad en sus manos por sus conocimientos médicos, y era cómo si todos se olvidaran de que tenia sólo diecinueve años. Constantemente había tenido el peso del embarazo de Cecilia sobre sus hombros, y ahora había sido reemplazado por el sentimiento de angustia por la pérdida de su hijo y por los riesgos que implicaba en la salud de Cecilia.

SAFE AND SOUND | MATÍAS RECALTWo Geschichten leben. Entdecke jetzt