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CAPÍTULO 30

LAS NÁUSEAS INVADIERON A MARÍA ANTE LOS MILES DE TWEETS QUE APARECIERON EN SU PANTALLA. Todos pensaban que podían dar su opinión acerca de la evidencia de aquel hilo, comentando sin censura alguna cómo ahora odiaban a Bautista y creían que María había sido la víctima en aquella relación.

Sin embargo, no faltaban los usuarios que decían lo contrario, acusando a María de seducir a Bautista por la posición privilegiada que tenia el hombre y sus contactos con sus jefes para poder conseguir mejores ofertas en el mundo del modelaje. Aquello había iniciado un debate, con las personas tomando una postura firme y defendiendo sin parar a alguno de los dos, con la mayoría defendiendo a María.

Las fotos fueron lo que más le generaron náuseas. Sabía que en su relación Bautista se había aprovechado de la diferencia de edad entre ambos, pero María nunca había procesado lo diferentes que eran. Las fotos mostraban lo joven que había sido María, recientemente egresada del secundario y con un brillo en sus ojos por el anhelo de cumplir con su sueño de ser actriz.

Bautista le había arruinado todo ese año de su vida. Entre las peleas que él comenzaba sin justificación alguna y cómo miles de veces le había dicho que solamente era una cara bonita con buenas piernas para el modelaje, las memorias de su relación volvieron de golpe a la mente de la chica.

Sus náuseas se intensificaron. Agradeció haber atado su pelo previamente, salvando sus mechones de cuando se arrodilló en frente del inodoro por sus arcadas. Todavía no había merendado, por lo que únicamente salió líquido de su boca, pero su rostro continuó pálido.

Mientras tosía, cerró sus ojos con fuerza para tratar de tranquilizarse. Su celular permanecía en el suelo al lado de ella, pero a pesar de lo mucho que quería seguir leyendo lo que las personas decían de ella, no se atrevió a levantarlo. Con sus manos temblando, tiró la cadena del inodoro, pensando en ir rápidamente a uno de los kioscos cerca del set de grabación para comprar un paquete de cigarrillos y un encendedor.

Necesita desesperadamente fumar para calmarse, y sabía que si volvía a la sala de descanso de actores para buscar su bolso, los chicos se darían cuenta inmediatamente de que algo había ocurrido por el temblor en sus manos y su piel pálida.

Los pasos acercándose a la puerta la alertaron de inmediato. Su primer instinto fue trabar la puerta, presionando el botón en la manilla. Mientras tocaban la puerta, se apoyó contra la pared en frente de la misma, dejando que su cuerpo se deslizara para poder sentarse en el piso.

— ¿Mery? -llamo Paula desde el otro lado de la puerta.- Los chicos te están buscando. Es tu turno de jugar al ping pong contra Andy. -explicó entre risas, feliz de haber ganado su partida contra Rocco.

María observó de reojo su reflejo en el espejo. Sus ojeras parecían intensificarse por la palidez en su rostro. Pequeñas marcas habían comenzado a aparecer en sus labios por la fuerza con las que los había mordido mientras leía los distintos tweets acerca de ella. Todavía tenía lágrimas en sus ojos por el esfuerzo en su cuerpo al vomitar, y en cuanto comenzaron a caer por sus mejillas, sabía que se debían también por su angustia.

Respiro hondo, pasando una mano por su rostro para limpiar las lágrimas que no paraban de deslizarse por sus mejillas. — Ya voy, Pau. -respondió con un hilo de voz, tratando de no mostrar que estaba llorando.

No pudo observar cómo Paula fruncía sus cejas en preocupación al escucharla. — ¿Estás bien?

María sintió un nudo en su garganta que no le permitió responder. Dobló sus piernas para presionar su frente contra sus rodillas, obligándose a sí misma a dejar de llorar. De todos modos, sus lágrimas continuaron sin indicios de parar, impulsadas por todos los insultos que había leído dirigidos a ella en Twitter y la realización de que todo el mundo sabía de su relación pasada que había tratado desesperadamente ocultar.

SAFE AND SOUND | MATÍAS RECALTजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें