Viviendo la historia de mi libro favorito pero en el personaje más difícil Rachel James donde el cuervo anhela su sangre, la bestia muere por devorarla y el león quiere matarla.
Conociendo la historia pondré las cosas a mi favor, no seré solo una pr...
— Que bueno que Sara se llevó a los niños y a la bebé de luisa al cuarto de juegos — me susurra Rachel solo para los dos.
Bajo las escaleras controlando mis ganas de matar a esas dos basuras que se atrevieron a pisar mi casa, son un par de estúpidas que se metieron donde solo serán humilladas y asesinadas si sus estupideces se exceden. Alex está frente a ella evitando que avance.
— Hasta que bajó la maldita arribista inescrupulosa, para que sepan no vine porque quise, seguí a mi hija para que no le hagan nada ya que ustedes son unos malditos malagradecidos, no creas ni por un instante que estoy feliz de pisar tu maldita casa Alex.
— Agarra a tu hija y lárgate de mi casa, aquí nadie quiere verlos — le grito y Sabrina ve fijamente el anillo de bodas que portamos Rachel y yo.
— ¿Que le hiciste maldita perra manipuladora? — le grita Sabrina a Rachel, ella me aprieta los brazos, para que no baje a callarla para siempre.
— Sabrina obedece a tu madre y vete, mis invitados se están molestando con tu presencia en mi casa. — Rachel la mira por encima del hombro, me gusta ver la mirada de superioridad que le da, Sabrina está loca y la está tentando me imagino que quiere una excusa para atacarla por haberse atrevido a molestarla en un día como hoy.
— Antes de que las cosas se pongan mal, Martha toma a tu hija y lárgate.— el ministro intenta que todo termine por la paz, los escoltas se ponen alertas esperando cualquier orden.
— ¿Porque ella? ¿Porque a ella si le diste todo lo que a mí no? Me conociste primero yo soy una mujer decente porque la prefieres a ella ¿Porqué?
— No es obvio. — le suelto
— Nunca asististe a las fiestas con mis amistades, nunca compartiste un momento conmigo, un maldito viaje ni una cita, ni me diste el control total de lo que es tuyo, nunca me dejaste quedarme en esta casa contigo o en el penthouse, le hiciste una maldita boda por la iglesia, celebraste por todo lo alto que te casaste con ella, ¿por que conmigo no?— ruedo los ojos ante el maldito reclamo de Sabrina Lewis.
—Christopher estuvimos casados por años, solo yo lo intenté, nunca te importe ni siquiera un poco, te quedas con esta perra manipuladora, que se vestia y actúa como una zorra, que hay de mi.
— Siempre me has valido una mierda, no sé porque vienes a mi casa para que te repita lo obvio y deja de hablar mal de mi mujer te estás buscando que te pegue un tiro.
— Te ofende que te diga la verdad de tu mujercita, no sabía que te molestaba si hasta Banner está aquí, que dejó al muerto de hambre de Scott para meterse con Simón Miller que es un hombre de familia pudiente, todas estas perras son iguales a tu querida esposa o peor ya que ella tomo algo que era mío.
— ¡Lárgate Sabrina! si vas a venir a hablar mal de nosotras será mejor que se vayan ya que nadie moverá un dedo si algo les pasa.— le grita Franco, pero esta la ignora y sigue con su mirada clavada en nosotros.
— Deberías evitar hablar mal de mis amigas, ellas no inventaron un embarazo para obligar a ninguna de sus parejas a casarse con ellas a punta de amenazas como tú — Rachel habla haciendo que sus amigas rían, y relajen un poco el momento aunque su familia luce molesta y el ministro harto.
—¡Callate! Que este reclamo no es contigo es con Christopher — me estoy cansado de escuchar su estupidez.
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