Capítulo 46

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- ¡Había alguien detrás de mí!

- ¿Mamá, ¿de qué estás hablando?

- ¡Había alguien detrás de mí! ¡Lo vi por el cristal del retrato!

- Mamá, no...

Entonces, un viento helado erizó los vellos de la nuca de Sebastián, dejándolo rígido sobre la silla. El suave sonido de la cucharilla contra el suelo se dejó escuchar en la habitación, llamando la atención de Liliams, quien giró su rostro con temor.

- ¡Oh, por todos los santos!

Sebastián aspiró bruscamente.

- ¡Mamá, creo que hay alguien detrás de mí! –dijo Sebastián con miedo- ¡Puedo sentirlo!

- ¡Cariño, no... no te muevas! –la temblorosa voz de Liliams fue casi inaudible.

- ¡Mamá, por favor...! –el hombre comenzó a entrelazar sus dedos en el cabello de Sebastián, mientras observaba fijamente a los ojos de Liliams.

Liliams comenzó a rezar mentalmente sin quitarle los ojos de encima al hombre.

- Michelle le dijo que algo nos sucedería y que muy pronto nos reencontraríamos con Ignacio –pensó- ¿Será esto a lo que se refería ella? Creo en Dios Padre todo poderoso...

Un fuerte rugido se produjo en la habitación, haciendo estremecer la mesa. Minutos después el hombre desapareció sin dejar rastro alguno, solo el temblor en sus cuerpos ante su inesperada presencia. Liliams respiró profundamente para tratar de relajarse mientras Sebastián se levantaba y corría a abrazarla.

- ¡Mamá!

- ¡Tranquilo... tranquilo! –débiles lágrimas se desbordaron por las mejillas de Liliams.

Ellos sabían que había algo extraño en aquella casa. Lo habían percibido desde el primer momento en que habían puesto un pie en ella, y al final tomaron la decisión de continuar sus vidas como si nada estuviera pasando. Ahora uno de sus hijos estaba muerto y, según el sueño de Sebastián, las cosas empeorarían.

- ¿A qué hemos llegado? ¿Qué es lo que sucederá con nosotros?

Sus manos temblaban incontrolablemente mientras un leve sudor las cubría.

- No entiendo cómo pudo saber sobre Michelle. Ninguno de nosotros le habló de ella o de lo que sucedió en esta casa. Supongo... que alguno de sus amigos le habrá contado o lo habrá escuchado en la calle. Pero me impresiona que se haya aparecido en sus sueños para decirle ese tipo de cosas. ¿Será cierto lo que ella habrá dicho? ¿Cómo es eso posible? Pero la verdad es que me asusta demasiado. ¡Dios, tengo tanto miedo!

Estaba tan asustada que necesitaba hablar con alguien. Salió en dirección a la sala, se percató de que estaba sola y descolgó el teléfono. Le costó un poco marcar el número debido al temblor de su mano, pero al final lo consiguió. 
- ¡Vamos, por favor, contesta! – dijo mientras el teléfono seguía sonando. ¡Vamos… vamos…! 

- ¿Hola? 
- ¡María… hola! 

- Liliams, cariño – dijo la anciana - ¿Sucede algo? Te escuchas un poco alterada. 

Hubo un corto silencio. 
- Bueno… es solo que… - comenzó a decir Liliams pero se detuvo. 

- Vamos, Liliams. Habla, me estás asustando – la animó la señora María. 
- Sebas ha tenido una pesadilla. Dice que se ha repetido durante varios días y está muy asustado. Y yo también porque no sé si será real o simplemente un sueño del que no debo preocuparme. 
- Pero ¿Qué ha soñado? – la voz de la anciana sonaba un poco angustiada ahora. 

- Es que ha soñado con Michelle y no sé cómo sabe de ella. Ninguno de nosotros le ha contado acerca de lo sucedido en la casa. 

- ¿Con Michelle? – cuestionó la señora María ahora un poco aterrada. 

- Sí. Por casualidad, ¿Ustedes le han hablado sobre ella o acerca de su muerte? 

- No querida, nunca le hablaríamos sobre ella o esas cosas a un niño. No sería adecuado - la mujer hizo una pausa - ¿Sobre qué trataba el sueño? 

- Dijo que Michelle se le había aparecido en el sueño para llevarlo al bosque, justo donde se encuentran las fosas comunes, y desde ese lugar podían ver parte de la casa – la voz de Liliams comenzó a temblar - le dijo que no importaba lo que hiciéramos o a dónde fuéramos porque no teníamos escapatoria ya que estábamos marcados. Que solo debíamos esperar a lo que sucedería y que… que… pronto nos reencontraríamos con Ignacio. 

- Liliams… yo… - ahora la voz de la mujer sonaba más aguda, algo que no le gustó. 
- ¡Estoy muy asustada! ¿Crees que eso pueda significar algo? – su voz era aún más entrecortada y parecía que las lágrimas saldrían en cualquier momento - ¿Qué es lo que sucederá? ¿Tú lo sabes, verdad?

Tierra SantaWhere stories live. Discover now