模糊

best.

—Rubén hay que irnos— dije a su oído— Es ahora o nunca.

—No quiero irme sin decir Adiós a Miguel— soltó un gran suspiro, la granja ya estaba oscura éramos lo únicos que estaban afuera mientras que los demás dormían.

—El está dormido es ahora— tomé su brazo con fuerza.

—¿Qué hacen aquí?— dijo una voz atrás de nosotros, una voz que ya reconozco fácilmente.

—Sólo hablamos Rick— solté el brazo de Rubén, viendo como Rick se acercaba.

—Bueno, creo que deberían ir a descansar ambos, deben estar cansados— hablo el líder colocándose a lado mío— Alice Necesito hablar antes contigo— asentí, haciendo que Rubén se marchara —¿Piensan... ya saben, quedarse?

—Realmente no lo sé Rick, pero si te causamos problemas solo dímelo— le giñe el ojo.

—No causan ningún problema, se que Lori, no te lo ha dicho pero gracias por cuidar a nuestro hijo mientras estaba perdido, no pude imaginar que estaba

—Ahora él está bien, tu estas bien, eso es lo que importa— sonreí de lado tomándole el hombro con fuerza, en su respuesta me correspondió la sonrisa para mostrarme sus dientes.

Si bien era la primera vez que el señor Grimes me daba una sonrisa, podía apostar que era la más hermosa que había visto hasta el momento.

Soltándole el hombro ambos comenzamos a caminar por toda la granja sin decir nada, pero se sentía bien, no eran necesarias unas palabras para una buena compañía.

—Carl te tomo mucho aprecio— soltó tan de repente—Incluso dijo que eras mejor madre de lo que es Lori

Guardé silencio, creo que Carl estaba aprendiendo a ser demasiado directo con las cosas sin saber en las consecuencias posibles de sus actos.

— Perdón si te causo problemas ese comentario, hablare con Carl y...

—No es necesario— me interrumpe —también pienso que eres mejor madre de lo que es Lori, hasta incluso una mejor esposa...

Dejándome con las palabras en la boca este comenzó a caminar llevando sus manos atrás de él juntándolas por lo debajo de sus caderas; ¿Qué era lo que acababa de decir?. Observando su perfecta figura esta se detuvo para después girarse a verme

—¿No quieres seguir caminando? —pregunta burlonamente mostrándome una risa traviesa.

Sonriendo de oreja a oreja negué con la cabeza divertida para después caminar a él a paso seguro.