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rick.






—¡Abran las puertas, Abran las puertas!


Aquel grito era el único que podía resonar en el lugar, observe desde el puesto de vigilancia como una sombra se acercaba con rapidez hacia nuestra dirección, alzando mi rifle. Por la mirilla observe como un Ruben sudado corría a toda prisa seguido de una horda inmensa de caminantes.



Bajando con rapidez las escaleras y evitando las miradas que se posaba en mi, abrí el portón de golpe provocando que Ruben me empujara, y cerrara de igual forma el portón. Sin decir nada me quito el rifle de las manos para poder apuntar hacia el horizonte con el. Sus labios temblaron a la par que bajaba con resignación el arma.


—No hay fuego—habla por si mismo a la vez que niega con la cabeza.


Los gruñidos resonaron a la par que los azotes en los muros se intensificaban, los Alexandrinos con pánico dieron un par de pasos hacia atrás; con duda observe a Ruben que cubría su rostro con sus manos, los ciudadanos comenzaron a decir murmullos como si aquel rubio no estuviera presente.


—Mantengan la calma—pide volviendo a su estado normal, soltó un suspiro al notar que la gente gritaba como si su vida dependiera de ellos.



—¡Es tu culpa!—exclama una mujer regordeta abrazando a su hija.


Carl abriéndose paso por la gente se acerco a Ruben para proporcionarle un abrazo, después de todo, quizá el rubio podía ayudar mas a mi hijo con el tema de Alice. Después de que ambos intercambiaran un par de palabras, este le da una leve palmada en su espalda para volver a colocarse recto ante los demás.



—Se que tienen miedo, se que ahora mismo me odian a tal grado que me matarían con sus propias manos. —habla con fuerza el ojiverde captando la atención de todos—Una vez conocí aun anciano que me dijo que si bebemos agua nos arriesgamos, que si nos movemos nos arriesgamos, que si respiramos... nos arriesgamos. Nosotros decidimos si nos arriesgamos, si decidimos luchar o morir por una buena causa o por cobardía. —su voz volviéndose dura, coloco un pie enfrente—Mi amiga, se arriesgo haya afuera por su familia—señalo los muros—Se arriesgo sabiendo que quizá ella no podría salir con vida. Solo se porque creía en este lugar, en ustedes, porque quería mantener a su familia a salvo. Ella se arriesgo por mi, por ustedes—señalo a todos los presentes—Si ustedes quierenmorir por nada, adelante, no soy nadie para negarselos. Pero yo si me arriesgare, por Alice.


—Yo igual me arriesgare, por Alice—añade Michonne dando un paso enfrente provocando que todos agachen su mirada.

—Nosotros igual, por Alice —dicen al mismo tiempo, Glenn y Maggie.


Los Alexandrinos, viéndose entre si, todos dieron un paso enfrente. —Por Alice—dicen en coro.


Observando a Albert, este da un paso hacia enfrente al mismo tiempo que Deanna, ambos elevando la voz, gritan;—Por Alice— Andrea dando una sonrisa de lado da un paso enfrente al mismo tiempo que mi hijo, y que Jessie, para repetir en coro el mismo nombre.


Con una sonrisa en mi rostro, repetí la misma acción, ahora aquel aire tenso había sido reemplazado por uno cálido. Y como si hubiera sido un juramente todos gritamos el mismo nombre con una sonrisa, porque después de todo aquella mujer de cabellos negros sabia como entrar fácilmente en los corazones de los demás.


En el momento en que los ciudadanos dispuestos todos de tomar las clases que Rosita estaba rogando desde que llegamos tomaran, se fueron marchándose de poco a poco y como siempre, subí el puesto de vigilancia. Y nuevamente me dedique ver al horizonte siendo vigilado por los caminantes, sin embargo alguien me tomo del hombro, girando rapidamente deseando que fuera la pelinegra eso desapareció al ver esos ojos verdosos.


—Sabes, no es necesario que estés aquí todo el tiempo.—comenta Ruben.  


—La señal debe llegar en esa dirección—comente señalando al horizonte, Ruben asintiendo responde un leve "Si, eso parece" pero antes de que pudiera decirme otra señal de apoyo lo interrumpo—o no lo hará.



—Conocí a Alice cuando tenia veinte años de edad, y en todos sus problemas mentales jamas se arriesgo de una manera tan peligrosa como lo hace contigo. —comenta Ruben colocando su mano una vez mas en mi hombro—Cada día Carl obtiene su mismo carácter.


Con una sonrisa asentí ante eso, después de todo aquel rubio sabia que palabras decir para establecer una conversación conmigo, haciéndome un gesto con la mandíbula me pide que lo seguí, sin renegar asentí ante esto y bajando de aquel puesto de vigilancia.


Caminando junto a el sin decir nada, nos dedicamos ver el cielo sin embargo un grito de emoción me hace girar hacia Carl;—¡Es mi madre!—exclama.


Llevando mi vista hacia donde se mantenía observando, en el cielo se podían observar unos globos. Antes de poder acompañar a Carl en su festejo, Ruben comenzó a jalarme hacia atrás.











—¡Atrás!—grita a todo pulmón a la par que la Torre cae.

模糊Where stories live. Discover now