4-Free Shots.

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Hacía media hora que Lenna, Sav y yo habíamos llegado al club nocturno. El ambiente en el lugar era un ambiente agitado, excitante, eléctrico. Pero, desafortunadamente me sentía como pez fuera del agua. Alguna vez en mi vida había salido de fiesta sí, pero no era mi lugar predilecto. Simplemente no era yo.

—Deja esa cara de culo —me ordenó Lenna.

Resoplé pesadamente. De mala gana asentí y comencé a intentar disfrutar del momento y dejar de pensar tanto.

—Iré por un par de tragos, vuelvo enseguida —dijo Sav desapareciendo en la multitud.

Rodé mis ojos, claramente el licor tampoco era de mis favoritos.

—Vamos Jamie, anímate, aunque sea un poco —insitió Lenna.

—Está bien —dije cediendo.

(...)

—¡Dios mío, Jamie! —chilló Sav llegando con un par de tragos en sus manos.

—¿Qué sucede? —pregunté preocupada y recibiendo uno de los tragos.

—Aaron Parker, nos acaba de invitar los tragos —dijo la castaña emocionada —me corrijió, te invitó a ti los tragos.

La miré extrañada y me encogí de hombros. Claro, el hecho de que Aaron Parker me invitara unos tragos era un tanto inquietante, pero, también era obvio las maliciosas intenciones detrás de esa generosa invitación. El chico tenía toda una reputación.

Aaron Parker era uno de los chicos más populares de la universidad. Y sí, físicamente era muy apuesto, tenía un cuerpo envidiable y uno par de ojos azules que derretían a cualquiera, menos a mí, claro está. Él era un niño rico, que pensaba que todo se solucionaba con dinero. Era un chico arrogante y pedante. Él era el que todos los chicos quieren ser y el que todas las chicas desean.

Aunque, debo admitir que me sorprendió verlo trabajando, pero probablemente él estaba en este trabajo por los tragos gratis y las chicas. Nada nuevo en él.

—¿Qué no vas a darle las gracias al menos? —cuestionó Lenna.

Me lo pensé por un instnate y luego decidí que no lo haría, eso era probablemente lo que él quería y yo no pensaba caer en su juego.

Bebí de un solo tirón todo el contenido del vaso de manera satisfactoria.

—No —dije algo seria —ambas saben que se necesitara más que un trago gratis para llamar mi atencion —dije indiferente.

Sav negó con su cabeaza.

—Le dije que eras la mujer más obstinada del planeta tierra.

—Gracias por el titulo —dije irónicamente.

(...)

En el transcurso de la noche, debo admitir que sí, me divertí, mucho más de lo esperado. El único trago que probé no me disgustó del todo y la música que sonó en el lugar era de mi total y completo agrado. Y tal y como me lo sospeché, Aaron intentó durante toda la noche cruzar su mirada conmigo, evidentemente lo evadí, por dos razones. Uno, no quería que él pensara que su pequeño truco había provocado algún efecto en mí. Y dos, debía admitir que me ponía un tanto nerviosa, el chico era un tanto intimidante. Además, si tanto era su interés, simplemente pudo habérseme acercado, pero no, él no es esa clase de chico y yo no soy la clase de chica que él busca.

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Sigan el instagram de la historia para contenido exclusivo: @dileadiosalainocencia. Les seguiré de vuelta.

Dile adiós a la inocenciaWhere stories live. Discover now