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Aaron's POV:

Era sábado en la mañana. Un día bastante glorioso, si me lo preguntan a mí. Hoy finalmente saldría con Jamie. Hoy sería una noche especial, mi plan de seducir a Jamie se iba a poner en marcha, lo cual, me satisfacía en gran manera.

Estaba en mi dormitorio junto con Luke, sin hacer nada en específico, yo simplemente me deslizaba por mis redes sociales y Luke fumaba un cigarrillo.

—¿Qué harás hoy con Jamie? —preguntó Luke mientras se ponía una camiseta y apagaba su cigarrillo en el cenicero del buró junto a su cama.

—La llevaré a Central Park y luego cenaremos en un lujoso restaurante de Manhattan —dije sin emocion alguna. Esa parte de la seducción me parecía un poco tonta y cursi. Si me lo preguntan, yo prefería evitarla siempre que podía, por eso la mejor opción para mí era el sexo casual, sin expectativas ni decepciones. Desafortunadamente, Jamie cambió las reglas del juego, pero lo que ella no sabía, es que yo también podía cambiar las reglas de su juego.

—Que romántico —dijo sarcástico Luke —Aaron Parker ha perdido su hombría —dijo esto último riendo.

Tomé una almohada de mi cama y se la lancé, pero el muy puto la esquivo.

—No seas imbécil —dije algo enojado —haré todo esa cursileria —dije esto rodando mis ojos —solo para llevármela a la cama, Jamie es solo un polvo más —sentencié.

~•~

Jamie's POV:

Me dirigía a la habitación de Aaron para decirle que no podía estar a las siete en punto. Le diría que nos viéramos faltando un cuarto para las ocho. No podía estar a las siete, porque tenía que cubrir a una compañera en el trabajo. Lo sé, era más sencillo enviarle un mensaje de texto y explicarle el cambio de horario, pero realmente quería ver su rostro al ver que nuevamente él perdía el control. Sav y Lenna al enterarse de la cita me dejaron sorda por sus gritos. Me habían hecho probarme mil atuendos y me habían probado mil peinados hasta que luego de toda una noche, encontramos el look perfecto. Parecía una estúpida comedia romántica.

Arribé al edificio de los dormitorios de los hombres. Luego de preguntar a uno que otro chico llegué a la habitación de Aaron. La puerta estaba cerrada y justo cuando iba a tocar, escuché que alguien mencionaba mi nombre. Las puertas de este edificio eran bastante delgadas, probablemente eso era obra de la universidad en un intento de ahorrar dinero. Tacaños. Pero, su tacañería estaba a mi favor en este momento. Tenía que admitirlo, era un tanto cotilla. Con cautela, evitando que los chicos que rondaban por los pasillos me descubrieran espiando, me acerqué aún más a la puerta para poder escuchar mejor la conversación proviniente de la habitación de Aaron.

Una voz que no reconocía empezó a hablar sobre mí.

¿Qué harás hoy con Jamie?

Preguntó la voz desconocida.

La llevaré a Central Park y luego cenaremos en un lujoso restaurante de Manhattan.

Contestó la inconfundible voz de Aaron Parker.

Tenía que admitirlo, me parecía un plan muy romántico, algo que realmente no esperaba por parte del playboy más grande de la universidad.

Que romántico —dijo la otra voz con sarcasmo —Aaron Parker ha perdido su hombría —esto último lo dijo riendo.

No tengo ni la menor idea de quien se encuentra del otro lado de la puerta junto con Aaron, lo que sí sé, es que es un ser humano con un bajo coeficiente intelectual, un cavernícola, diría yo.

No seas imbécil —dijo Aaron enojado —haré todo esto, solo para llevármela a la cama, Jamie es solo un polvo más.

La realidad me golpeó como un camión.

La irá se apoderó de mi ser.

Maldito cerdo.

Y yo que pensé en darle una mísera oportunidad. Desgraciadamente, como siempre, yo tenía razón y Aaron no era más que un don Juan cuyo único interés en mí era convertirme en uno más de sus trofeos.

UGH.

Lo Odio.

Aaron Parker es el ser humano más despreciable de todo el universo.

Me armé de valor y toqué insistentemente la puerta de la habitación de Aaron, quería sacarme de adentro toda la ira que me carcomía en este momento.

Aaron abrió la puerta. Estaba sin camiseta y usando solo unos pantalones de pijama.

Hormonas.

Hormonas.

Hormonas.

Por un segundo me quedé estática contemplándolo.

Maldito idiota. Lástima que su físico no reflejara lo basura que era.

El rostro de Aaron reflejaba una leve preocupación, él sabia que yo había escuchado la conversación.

—¡No veo el por qué de molestarte en salir con alguien que es tan solo un polvo! —dije gritando y moviendo agitadamente las aletas de mi nariz.

—Jamie, y yo... puedo explicarte —dijo Aaron algo nervioso.

Sí, como no.

—No quiero tus explicaciones Aaron, no quiero verte nunca más —dije esto último y me marché.

No tenía ganas de verle ni de escucharle.

Aaron Parker eran un gran error.

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Sigan el instagram de la historia para contenido exclusivo: @dileadiosalainocencia. Les seguiré de vuelta.

Dile adiós a la inocenciaWhere stories live. Discover now