28-Beso.

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Jamie's POV:

—Vamos Aaron, no seas flojo —le dije a mi chico.

Él respiró agitadamente.

—Dame... —él hizo una pausa para respirar —dame un segundo —dijo él al fin.

Yo reí.

Jamas pensé que el estado físico de Aaron fuera tan pobre.

—¿Podemos continuar? —le dije acercándome a él.

Él asintió levemente.

—Solo hago esto por ti, Jamie —dijo él con seriedad mientras intentaba recuperar el aliento.

Yo sonreí complacida y besé su mejilla.

—¿Te quité el aliento? —dije burlándome de él.

Él rodó los ojos y luego unió sus labios y los míos en un salvaje beso. Sus manos se posesionaron de mis caderas y las mías de su cabello alborotándolo. Realmente me tomó por sorpresa.

Aaron se separó lentamente de mí y depositó un pequeño beso en la comisura de mis labios.

—¿Ahora quién le quitó el aliento a quién? —dijo él sonriendo con autosuficiencia.

Yo me sonrojé instantáneamente.

—Continuemos —dije para disimular mi creciente sonrojo.

Él rió, asintió y continuó caminando.

Hoy llevaba a Aaron a uno de los mejores lugares del mundo, según yo. Era un pedazo de la playa que se encontraba alejado de la multitud. Me encantaba eso, lo pacífico y hermoso que era ese lugar. Aunque, había un pequeño detalle, para llegar hasta esa zona, había que caminar tres kilometros apróximadamente y luego subir una colina muy pequeña. La majestuosidad de aquel lugar era un precio que solo muy pocos estabamos dispuestos a pagar.

Ya estábamos terminando de bajar la colina y evidentemente Aaron no estaba muy contento, pero sabía que cuando viera el lugar su ceño fruncido sería reemplazado por una sonrisa.

Luego de unos quince minutos habíamos llegado a mi paraíso personal.

—Wow —dijo Aaron al ver el lugar.

Este lugar era hermoso. El color del mar era azul aguamarina, la arena era blanca, habían un par de palmeras, brisaba levemente y por si fuera pooco, el lugar se encontraba completamente desierto, dándole así, un toque celestial.

—Te dije que era un lugar especial —dije sonriente.

Aaron asintió dándome la razón.

Luego, él miró el mar, se quitó su camiseta y luego entró en este.

Jamie, te prohibo que babees, me regañó mi conciencia.

Ver cómo Aaron entraba al agua sin camisa era todo un espectáculo.

Cuando volví en sí, saqué de la mochila que traía, una toalla y la tendí sobre la arena.

—Ven Donovan —me gritó Aaron desde el agua.

—Ya voy —dije dejando la mochila sobre la toalla.

Respiré profundo. Estaba tremendamente nerviosa. Esta sería la primera vez que Aaron me vería en traje de baño.

Mi corazón latía a un ritmo acelerado.

Jamie tranquilízate, me ordenó mi conciencia.

No tenía ni idea qué quitarme primero. No sabía si retirarme la camiseta o el short.

¿Camiseta o short? ¿Camiseta o short? Me cuestionaba mentalmente.

Dile adiós a la inocenciaWhere stories live. Discover now