5-Donovan.

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Aaron's POV:

El fin de semana pasó volando. Se pasó básicamente entre chicas, propinas, tragos y música. Todo el fin de semana me dediqué a averiguar la identidad de la chica del club. Primero averigüé su nombre completo con el tipo de seguridad, pues él había visto su identificación.  Al preguntarle por ella, él la recordó instantáneamente, era una chica difícil de olvidar.

Jamie Donovan era su nombre,  el nombre de la siguiente chica que pasaría por mi cama. Luego de conocer su nombre completo, hice un par de supociones. Ella no se veía mayor que yo, incluso, se veía un tanto menor, y sus amigas tampoco y como su amiga se me hacía conocida, supuse que las tres estudiaban en mi universidad. Por lo tanto, con uno de mis amigos de la universidad, Chad, averigüé bastantes cosas. Primero, no tenía la edad suficiente para entrar al club. Lo cual me hizo pensar que era toda una diablilla pero mi suposición (fantasía) había sido desvirtuada cuando Chad me dijo que ella era una empollona. Esto suponía un reto mayor, las chicas con las que solía acostarme por lo general eran todo menos aplicadas o eso creía yo, y que conste que yo no solía investigarlas ni nada por el estilo, nunca suponían tanto esfuerzo. Pero, de nuevo, tenemos a ese tinte de curiosidad que esta chica despertó en mí, al cual simplemente no pude ignorar. 

Esperé cuarenta y cinco minutos fuera de la clase de Jamie. Era un hombre con objetivos claros y no sabía a qué hora exactamente ella salía de clase, así que no quedaba de otra más que esperarla.  No me importaba saltarme una clase mía. Mi plan era simple. La abordaría en cuanto saliera de su clase y la invitaría a salir. Un plan infalible. 

Cuando Jamie salió del aula de clases junto con una de sus amigas, pasó por mi lado y ni se inmutó. Era como si yo fuera invisible para ella. Rodé mis ojos, que chica más rara.  Ella transitaba por el pasillo abarrotado de estudiantes hasta que la detuve.

—Tú —dije lo suficientemente fuerte para que ella me oyera, pero no se volteó a verme. Lo hicieron otras chicas, menos ella.

—Oye, tú —grité, pero nuevamente me ignoró.

¡Demonios! 

—¡Donovan! —dije exasperado. Al pronunciar su apellido, se detuvó, dio media vuelta y posó sus ojos en mí. La expresión de la chica que iba junto a ella era más que sorprendida. Caminé unos cuantos pasos para acercarne a ella. 

Jamie me observó de arriba a abajo como si me examinara y por raro que suene, que esta chica me observara, no se sintió exactamente placentero, sino más bien como si me juzgara. 

—¿Sí? —dijo Jamie en un tono borde.

—¿Cómo estás? —pregunté tratando de que bajara la guardia.

—¿Bien? -respondió algo extrañada mientras fruncía el ceño.

—Qué bueno —dije. Hubo un silencio incómodo donde nadie hablaba.

—Jamie, nos vemos mas tarde —dijo su amiga marchándose al notar la incomodidad que se había creado en el ambiente.

—No te atrevas a marcharte Lenna —susurró y prácticamente suplicó Jamie por lo bajo. Sonreí, inevitablemente esto demostraba que mi presencia la intimidaba.

—Voy tarde, adiós —dijo la tal Lenna marchándose. Jamie la fulminó con la mirada.

Jamie también se dispuso a marcharse pero la detuve tomándola del brazo.

—¿Necesitas algo? —preguntó Jamie zafándose de mi agarre.

—No, o, más bien sí —Sonrei de lado. Esta era mi oportunidad para invitarla a salir —¿Querrías ir a una cita conmigo?

Ya estaba preparado para escuchar un sí de sus hermosos labios pero eso no ocurrió.

—No —dijo seca.

—¿No? —Pregunté extrañado. Nunca en mi vida una chica me había dicho que no.

—No —dijo Jamie retóricamente.

—¿Por qué no? —pregunté tratando de entenderla.

Ella vaciló unos segundos antes de responder.

—Porque estoy ocupada.

¿Ocupada? eso suena a una excusa que le diría a una chica que no me agrada.

—Mientes —dije desafiante.

—No, no lo hago —hizo una breve pausa —después de clases voy a trabajar.

—Oh ya veo —dije sin creerle ni una palabra. Intenté quedarme callado, pero sinceramente no pude. Digo, era obvio mi interés en ella, pero no entendía la razón detrás de su rechazo—¿Jamie por qué demonios me tratas como si te diera asco? —dije enfadado. Tal vez eso no salió de la mejor forma, pero simplemente no pude contenerme. 

Se rió.

—No me das asco —dijo mostrándose escueta.

—¿Ah no? y ¿por qué en el club a duras penas sí me mirabas? —pregunté pedante.

Jamie suspiró algo cansada de este estúpido pleito.

—Porque simplemente no me atraes —dijo ella sin vacilar y fijando sus ojos en los míos.

¿Que no le atraía? Es oficial, ¡Jamie Donovan está loca!

A menos que...

—Ya comprendo —dije asintiendo con la cabeza —te gustan las chicas —solté de golpe.

Esa era la única explicación lógica que encontraba al comportamiento de Jamie.

Su cuerpo se tensó y las aletas de su nariz se movían rápidamente.

Claramente se habia enfadado.

Cerró los ojos un segundo y normalizó su respiración.

—¡Para que te quede claro no me gustan las chicas! —dijo gritando. Era adorable ver a alguien tan petit como Jamie enfadado —y ¿quieres saber por que no me atraes? —Yo asentí —está bien, te lo diré —hizo una pausa —¡No me atraes porque eres un niño mimado,  engreído, idiota, que solo usas a las mujeres y pretendes que todos te ovacionen, te crees practicamente un dios! —soltó Jamie casi gritando.

Iba a refutar pero se dio media vuelta y se marcho dejándome con la palabra en la boca.

Y de cierto modo, su opinion removió mi ego. 

Dile adiós a la inocenciaWhere stories live. Discover now