21-Tenemos que hablar

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Jamie's POV:

—No entiendo qué nos pasó. Un día de repente él cambio y complicó todas las cosas —dije desanimada.

Hace unas horas había visto a Aaron con esa chica y me sentía con ganas de desaparecer.

Lenna resopló.

—Jamie, lamento decirte esto pero él no fue el único que complicó las cosas, tú también las complicaste.

En ese momento estuve a punto de abofetear a Lena. Sus palabras me dolían, quería que ella me dijera que Aaron era un idiota, no que me dijera que ambos éramos unos idiotas.

—Sé que estás apunto de golpearme —fue la primera risa que había salido de mis labios en horas —pero sabes que tengo razón.

Mordí mi labio frustrada.

—Lo sé —dije cubriendo mi rostro con mis manos en señal de frustración.

Me sentía muy frustrada, si yo no hubiera sido tan quisquillosa probablemente ahora mismo sería yo la chica que Aaron besaría.

Lenna se acercó a mí y me abrazó, la abracé de vuelta.

Ella era una gran amiga.

—Ya dejemos de hablar de mí, más bien cuéntame ¿cómo vas con Jake? —dije separándome de Lenna.

Ella se sonrojó.

—Digamos que bien —dijo riendo nerviosamente.

Me hacía feliz ver a mi amiga bien.

—¿Volvió a tirarse gases durante el coito? —pregunté riendo.

Lenna abrió sus ojos como platos.

—¿Dónde demonios está Jamie Donovan y qué hiciste con ella? la Jamie que yo conozco ni siquiera sabe que significa coito —dijo ella riendo.

Yo reí junto con ella.

—Calla —dije riendo.

—Hablando de sexo ¿dónde esta Sav? —cuando Lena dijo esto estallé en risas nuevamente.

—Supongo que si no está con nosotras está con Luke —al mencionar a Luke recordé el club y al recordar el club, inevitablemente, recordé a Aaron.

Al recordarlo un escalofrío me recorrió todo el cuerpo provocando que mi buen humor se evaporara.

¿Qué me hiciste Aaron Parker?

(...)

Dos semanas. En dos semanas sería la competencia. En dos semanas Aaron y yo volveríamos a ser dos completos extraños. Realmente me sentía desanimada. Había evitado los ensayos durante los últimos días, pero simplemente no podía tirar por la borda todo el esfuerzo que Aaron y y habíamos puesto en esto, no permitiría que mis estúpidos sentimientos arruinaran esta competencia, la cual significaba mucho para mí. Gracias a ella, me había dado cuenta lo mucho que disfrutaba la danza y de cómo ella era de las pocas cosas que me subían el ánimo durante esos días. Me había dado cuenta de cómo mi estúpido pánico escénico me había retenido durante tanto tiempo y ahora, lo que más quería, era danzar sin reproche alguno.

Al llegar al estudio, Aaron ya se encontraba ahí.

Mi corazón se aceleró.

—Hola —dijo él haciendo un gesto con su cabeza.

—Hola —dije intentando sonreír pero en vez de eso solo me salió un gesto deforme.

De nuevo hubo un silencio incómodo entre nosotros.

Dile adiós a la inocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora