30-No me dejes ir nunca.

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Aaron's POV:

Las manos que me tomaron de la espalda eran las manos de un tipo de seguridad.

—¡Suélteme! —le exigí al gorila.

—¡Suéltelo! —exclamó Jamie alterada. —¡Él no ha hecho nada malo!

El gorila ni se inmutó y me llevó a la salida.

Sentí un gusto a metal en mi boca indicándome que por culpa de el bruto ese, sangre salía de mi labio inferior.

Escupí la sangre que se había acumulado en mi boca.

Pasaron un par de segundos y divisé a Tessa y a Jamie saliendo de el bar.

Ambas llegaron junto a mí.

—¿Te encuentras bien? —preguntó Jamie preocupada acercándose a examinar mi labio como la gran doctora que sería algún día.

Yo asentí levemente.

Me encontraba furioso por lo que acababa de pasar hace un par de minutos.

El ambiente era evidentemente tenso, así que ninguno se atrevía a hablar de lo sucedido.

—Hmm chicos yo... yo tengo que ir a organizar mi armario —dijo Tessa incómoda —nos vemos pronto.

Que excusa tan patética.

—No tienes porqué irte —le dijo Jamie deteniéndola.

—Sí, sí debo —dijo ella sonriendo forzadamente.

Jamie resopló.

—Bien —dijo Jamie frustrada.

—Nos vemos chicos —dijo ella agitando su mano mientras se marchaba.

Jamie y yo nos habíamos quedado solos.

El ambiente seguía tenso.

—¿Vamos a casa? —dije para intentar alivianar el ambiente.

—Si —musitó Jamie.

Comenzamos a caminar por las calles de Fairfax. Mientras lo hacíamos, me quité mi chaqueta y se la tendí a Jamie. Ella dudosa se la puso y aunque le quedaba al menos dos tallas más grandes, la chaqueta le quedaba a la perfección.

—Gracias Aaron —dijo Jamie seria, como si algo le estuviera remordiendo la conciencia.

—¿Por qué me lo agradeces? —dije modesto.

—Porque me ayudaste allá atrás —dijo ella levantando su cabeza ya que había estado cabizbaja todo el trayecto.

Yo sonreí.

—Esta noche fue un desastre y fue todo por mi culpa —gimió Jamie.

Negué inmediatamente con mi cabeza.

—No es tu culpa que hayan patanes en este mundo —dije para que dejara de culparse.

—Sí, sí es mi culpa por haberme vestido así —se quejó Jamie.

Frené en seco.

La tomé de los hombros y la giré para quedar cara a cara con ella.

—Aunque estuvieras desnuda, ese bruto no tenía porqué propasarse contigo —le dije mirándola directamente a los ojos.

Me perturbaba verla así.

Ella respiró profundo.

—Lo sé —dijo ella al fin —es solo que haberme vestido así fue un error —dijo ella arrepentida.

Dile adiós a la inocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora