Dile adiós a la inocencia

63-Dualidad.

Jamie's POV:

Me sentía como si un jodido huracán hubiera pasado por mi vida dejándome completamente devastada y sin nada. La confesión de Aaron cambio todo para mi, cambiaba por completo las malditas reglas del juego. Ya no tenia una excusa para odiarlo y eso me martirizaba, puesto que logré salir adelante y sin necesitarlo, convenciéndome a mi misma de que le odiaba por haberme engañado de la manera mas cruel y que ya no tenia ningun motivo para amarle pero ahora sabiendo que nunca me engañó y que todo lo que hizo, lo hizo por mi, lo hizo por amarme de la manera mas incondicional de todas, perdiendome para siempre pero sabiendo que cumpliria lo que yo mas anhelaba. Todo esto me dejaba sin argumentos para odiarle y eso me condenaba, me condenaba a que mi alma estuviera atada a él por completo. No sabia como, pero Aaron había logrado que le odiara y le amara al mismo tiempo, creando en mi una dualidad, una Jamie que sabia que era tener un corazón roto, que sabia que era tener que respirar sin oxigeno, despertarse y no sentir ni por un segundo un palpito de su corazón, esa Jamie, sabia como vivir sin Aaron... pero por otro lado, estaba la Jamie perdidamente enamorada, calada hasta los huesos, irracionalmente entregada a la idea de un amor de novela.

Quería perdonarle y olvidar los años de dolor y sufrimiento. Quería poder borrar con un beso cada vez que me cuestione si no era suficiente para él. Quería poder mirarle a los ojos y poder decirle que tambien lo amaba y que mi amor por él había estado apagado por el dolor pero que nunca estuvo extinto. Quería hacerle saber que su lugar en mi, era completa e irrevocablemente irreemplazable. Quería poder borrar cada lagrima que derramé por él y reemplazarlas por una calida sonrisa. Quería hacer tanto, pero dije tan poco.

Quisiera haber llevado a cabo todas las cosas que mencioné anteriormente pero... no podía, simplemente no podía. No podía después de años de humillaciones, tristezas y odio sembrado en mi corazón, olvidarlo todo y empezar de cero. No podía olvidar las noches en las que no dormí ni un poco simplemente por derrarmar un mar de lagrimas por su rechazo y engaño. No podía olvidar las veces que trabajé arduos turnos de para reunir el dinero de la colegiatura. No podia olvidar las veces que lo imaginé dandose la gran vida mientras que yo moría día tras día. Y sobretodo, no podía olvidar a St Clair. No podía dejar ir a ese hombre calido que hizo que mi corazón palpitara nuevamente. Cada noche que llegaba agotada a nuestro departamento, él aunque estaba igual o peor de cansado que yo, masajeaba mi cabello hasta que me quedara dormida. St Clair había sido mi sustento durante estos cuatro años, había sido mi amigo, mi compañero, mi complice, mi escudero, mi amante. Sin él, probablemente habría perdido la razón. Sus brazos calidos habían sido mi refugio en mis dias oscuros y tormentosos. Había construido una vida con él y simplemente no podía abandonarlo, él no se lo merecía.

Estaba hecha un lío. Mis sentimientos estaban tan revueltos como las olas del mar. Mi cabeza no dejaba de reproducir una y otra vez los buenos momentos que vivi junto a Aaron. Mi cabeza en este momento parecía un nudo hecho por un boy scout. Todo era tan repentino y confuso. Pero de algo si estaba completamente segura, yo no volvería con Aaron, no después de todo lo sucedido.

-¿Por qué le mentiste? -preguntó Sav mientras me sacaba de mis pensamientos.

-¿Eh? -Pregunté de vuelta sintiendome totalmente confundida.

Savannah suspiró, como si lo que fuera a decir le costara.

-Le dijiste a Aaron que regresarias a Paris, cuando en realidad te quedaras aquí, en Nueva York. No le dijiste que te aceptaron en un musical aquí y que no regresaras a Paris en mucho tiempo-recalcó Savannah.

La mire estupefacta y como un animal acorralado, comencé actuar a la defensiva.

-¿Escuchaste nuestra conversación? -dije algo molesta desviando la atención de su interrogartorio.