Dile adiós a la inocencia

9-Agua helada.

Aaron's POV:

—No te atrevas a reírte —le espeté con cara de culo a Luke. Este, estaba conteniendo su risa.

Tonto. Tonto. Tonto.

Todo mi elaborado plan se fue al carajo. Había estropeado en grande mi oportunidad con Jamie.

—Es una chica ruda ¿eh? —dijo Luke sonriente —me agrada —dijo él con un tono pervertido.  

—¡Ni se te ocurra Luke Thomas! —le dije entrecerrando los ojos y levantando mi dedo índice de una manera amenazadora.

Luke rodó sus ojos por mi evidente mal humor.

—Bien, como digas —dijo él con hastió —aunque dudo que tengas alguna oportunidad con ella —dijo Luke riendo de nuevo.

No sé por qué aún somos amigos.

Decidí ignorarlo y empecé a pensar una nueva estrategia para seducir a Jamie. Lo dicho, soy un chico con objetivos claros.

~•~

—¡Es un maldito! —espetó Sav enfadada.

Al llegar a mi dormitorio luego del trabajo, le relaté todo a Sav y a Lenna. Ahora ambas habían abandonado el team Aaron.

—Tenías razón en querer alejarte de él —dijo Lenna —lamento que te hayamos empujado a los brazos de semejante patán —ella dijo esto último apenada.

Aunque tal vez ellas hayan influido un poco en mi opinión acerca de Aaron, yo había sido quien había aceptado una cita con él.

—Descuiden —dije reconfortandola —fui yo quien aceptó esa cita con ese cretino.

Ahora lo único que tenía por hacer era ignorar a Aaron y seguir con mi vida.

~•~

Aaron's POV:

Había pasado una semana.

Una maldita semana.

Una semana en la que Jamie había estado ignorándome por completo. La muy digna había estado evitándome a pesar de que la busqué muchas veces. Intenté disculparme de todas las formas posibles. Intenté escribirle, pero ella me había bloqueado. Le mandé razones con terceros, pero nunca respondió. La llamé en los pasillos, haciendo un escándalo y ella ni se inmutó. Incluso intenté buscarla por medio sus amigas, sin embargo, estas dos me escupieron veneno al verme. Era oficial, Jamie me odiaba. Pero aún no me daba por vencido. Había ideado una nueva estrategia para solucionar las cosas con Jamie.

Le di dinero a un chico de primer año para que saliera del campus y trajera lo necesario para redimirme con Jamie.

(...)

Finalmente, llegué al edifico del dormitorio de las chicas. Para ser más específico, el edificio del dormitorio de Jamie. Me posicioné debajo de su ventana, miré los chocolates en mi mano derecha, miré el ramo de rosas en mi mano izquierda  y con mi determinación en su nivel más alto, lancé una piedra a la ventana.

~•~

Jamie's POV:

Estaba plácidamente dormida, cuando el leve golpe de algo en mi ventana me sobresaltó. Lo ignoré pero el golpecito se hizo repetitivo, no una, ni dos, ni tres veces. Muchas veces, muchas más.

Frustrada me levanté y mire la hora en mi celular. Eran las dos de la madrugada. Sea quien fuera el del chistesito, pagaría caro por despertarme a estas horas.

—Sav —susurré para despertarla pero ni siquiera se movió —Sav —dije elevando un poco el tono de mi voz, pero nuevamente no la escuché reaccionar. Ni siquiera escuchaba su respiración.

Ahí comencé a asustarme, me levanté de la cama y encendí la luz. Al encenderla vi que la muy vagabunda ni siquiera estaba.

Genial. Simplemente genial.

Ahora estaba sola con ese golpeteo en la ventana.

Corrí levemente la cortina y me sorprendí mucho al ver al mismísimo Aaron Parker lanzando piedrecitas a mi ventana. Él se encontraba con la mirada en el suelo, buscando más piedritas para lanzar a mi ventana. Cerré la cortina antes de que él pudiera verme.

Él chico simplemente no se daba por vencido.

Un idiota empedernido.

Después de lo de la salida fallida, él se merecía todo mi desprecio y esta vez ya no tendría límites.

Me reí de forma macabra ante la idea que se me acababa de ocurrir.

Abrí una pequeña nevera que Savannah y yo teníamos en la habitación y tomé una botella de agua helada.

Iba dejarle en claro a Aaron que no quería saber nada de él.

Corrí la cortina, abrí la ventana y me asomé por esta.

Los ojos de Aaron se ensancharon con sorpresa al verme en la ventana.

Pobre, no tenia ni idea de lo que se le venía.

—¡Jamie! —gritó Aaron —¡Eres hermosa! —gritó de nuevo.

Payaso.

Él solamente quería acostarse conmigo. No había necesidad de montar todo este teatrito de mal gusto.

Sonreí maliciosamente, tomé la botella de agua, la destapé y la vacíe toda sin dejar ni una gota en la botella. El agua cayó por la ventana empapando por completo a Aaron.

—¡Eso es para dejarte claro que no quiero saber de ti nunca más! —grité esto y cerré la ventana.

Esperaba que esto fuera más que suficiente para dejarle en claro a ese cretino, que no quería saber nunca más de él.

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