Dile adiós a la inocencia

55-Señal.

Jamie's POV:

Aaron se estaba besando con Margarita, su amiga de la infancia.

-Tú... -dije sintiendo como todo mi mundo se derrumbaba.

Aaron se separó abruptamente de Margarita y clavó sus ojos en mi.

Margarita me observaba con la boca abierta y el rostro pálido.

Era obvio que no me esperaban aquí.

Mi respiración era agitada, mi corazón latía con prisa y sentí como una lágrima abandonaba mi ojo para recorrer mi mejilla.

-L-lo siento-dijo Margarita completamente avergonzada. Su voz era débil. Era más que obvio que ella estaba igual de sorprendida que yo. La observé con todo el desprecio que me era posible. Luego de decir un inútil lo siento, Margarita desapareció de la escena.

Y ahora me encontraba completamente sola con Aaron.

Aaron no despegaba su mirada de la mía.

No sabía como reaccionar ante esta situación. Ni en un millón de años me imaginé que el amor de mi vida fuera capaz de arrancar mi corazón de mi pecho, prenderlo en llamas y luego danzar con las cenizas. Me sentía destruida por dentro, en cuestión de segundos mis planes, mi mundo, todo en lo que creía se había evaporado, se había escapado de mis dedos. ¿Qué hice mal? ¿Qué hice para merecer esto? Lo único que hice fue amarlo con todas y cada una de mis células, lo amé con toda la intensidad que me fue permitida, pero al parecer no fue suficiente.

-¡¿Por qué?! -le pregunté histérica.

Aaron permaneció en silencio pero sin despegar su mirada de la mía.

-¡¿Por qué?! -pregunté nuevamente. Aaron seguía sin reaccionar, eso me enloqueció por completo. -Contéstame cobarde-dije acercándome a él. Sin pensarlo dos veces comencé a repartir un mar de puñetazos por todo su cuerpo, su rostro, pecho y estómago, claramente esto no lo afecto en lo más mínimo, esto simplemente lo incómodo. Aaron cansado de mi intento de golpiza, tomó mis muñecas entre sus fuertes manos y me inmovilizó.

-¡Para! -gritó él, hablando por primera vez.

-¡¿Por qué lo hiciste?! -dije llorando sin soltarme de su agarre, intentarlo sería inútil.

-Soy un idiota-dijo Aaron más para si mismo que para mi.

Lloré aún más.

Aún seguía sin creer la escena que mis ojos habían presenciado minutos atrás.

Jamás imaginé, ni en mis sueños más locos, que Aaron sería capaz de hacerme esto.

Pensé que irme a Paris sería una posible causa para el final de nuestra relación, pero nunca visualice la posibilidad de que Aaron me fuera infiel. Pero ahora nos encontrábamos aquí...

Aaron soltó mis muñecas.

-Te entregué todo de mi... Te amé con todas mis fuerzas, te amé de la mejor manera que pude-dije sollozando.

Aaron tragó hondo intentando disipar algunas lágrimas.

¿De que sirve llorar ahora?