Dile adiós a la inocencia

57-Paris.

Jamie's POV:

Esta era mi quinta semana en Paris. Estas tres semanas han sido caóticas, en el buen sentido de la palabra. Al llegar a Paris las cosas fueron mucho más complicadas de lo que pensé, el idioma se había convertido en una gran barrera para mi, ya que al parecer todos hablaban un fluido francés mientras que yo a duras penas, sabía decir gracias. Mi día estaba dividido entre las clases, un trabajo de medio tiempo que encontré como mesera en una pequeña cafetería y las clases de francés. Junto con otras tres compañeras rentamos un pequeño piso, era algo estrecho pero tenia mi propia habitación y baño, cosas que en verdad apreciaba. Las únicas dos personas que hablaban ingles en este instituto, eran Mary, una chica inglesa, un poco quisquillosa pero divertida-ella era una de las
chicas con las que compartía el piso-y St Clair, un chico francés que aprendió a hablar inglés cuando pasó un verano en California. Ambos chicos se comportaban de maravilla conmigo, haciéndome sentir menos rara y fuera de lugar. Al poder hablar solo con dos personas en todo el instituto me sentía un poco aislada; dejando de lado el tema del idioma, las clases son maravillosas y enriquecedoras pero su exigencia, me atrevería a decir, que es mucho mayor que la de Princeton. Y por último debo decir que extraño demasiado a mi familia, mi madre me ha llamado por lo menos cinco veces durante cada día durante las últimas tres semanas, al parecer, aún no se acostumbra a que yo viva al otro lado del charco. Mi padre, por extraño que suene se ha comportado un poco menos obsesivo conmigo viviendo tan lejos de casa. A mis amigas las extraño todo el tiempo, extraño las bromas sarcásticas de Lenna, el apoyo de Becca y por supuesto extraño a Sav y sus locuras.

Por otro lado, Luke no se dignó a responder ninguna de mis llamadas y mensajes, y Savannah no cree prudente para mi cordura que que yo hable con él, así que estoy a ciegas con respecto a las palabras que me dijo en el aeropuerto.

Con respecto a Aaron, las cosas siguen iguales que la última vez. No he sabido nada de él durante los últimos dos meses. Era como si se hubiera esfumado en el aire y hubiera desaparecido y solamente hubiera sido parte de mi imaginación. Pero, orgullosamente podía afirmar que lo he ido suprimiendo de mis pensamientos-no del todo aún-pero con todas estas cosas rondando en mi cabeza, es casi imposible que lo tenga presente todo el tiempo en mi mente. Pero aún así, en las noches, cuando estoy sola y no hay ningún pensamiento rebotando en mi cabeza, mi mente toma atajos mentales hacia él. Y donde quiera que esté, espero que sea muy feliz, porque a pesar de todo el daño y dolor que me causó, él fuel motivo mis sonrisas favoritas. Mi herida aún sangra. Esta lleva tatuada su nombre, pero sé que algún día, no será mañana, ni tampoco la semana que sigue, ni el mes siguiente, pero algún día, finalmente podré decir que lo he superado.

-Chica americana-vociferó St Clair.

-Chico sin nombre-repliqué.

St Clair era un chico apuesto, pero aún era muy pronto como para desviar mi mirada a alguien más.

St Clair se había negado a decirme su primer nombre, decía que era un nombre horrible e innombrable.

St Clair rió ante mi patética broma.

-Menudo clima-se quejó St Clair justo antes de sentarse junto a mi bajo un gran árbol que se encontraba dentro del campus.

-Lo sé-afirmé mientras observábamos un gran nubarrón sobre nuestras cabezas.

-¿Qué hacen, tontos? -preguntó Mary al verme a mi y a St Claire observando el cielo como un par de lunáticos.

Mary era una chica alta de cabello rubio y ojos verdes.

-Cepillarnos los dientes-respondió sarcástico St Claire.

Yo reí.

Mary rodó sus ojos.