Capítulo veinte

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PODER DE CURACIÓN▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

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PODER DE CURACIÓN
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Las ráfagas de viento provenientes del río Este le removía el cabello, llevándolo todo directo a sus ojos. Hacía demasiado frío para ser todavía verano, mas lo compensaba pensar que se encontraban en la zona de muelles, donde el viento los azotaba sin pudor. Fastidiado se apartó los mechones del rostro y giró a mirar a su acompañante. Magnus Bane tenía la expresión serena, la boca recta y el cabello peinado perfectamente como si tuviera una pared invisible rodeándolo que lo reparara del viento. Si fuera otra persona pensaría que algo raro había pero él sabía que era un brujo y que con solo chasquear los dedos solucionaba las cosas.

Ojalá todo fuera tan sencillo, reflexionó Kaleem Carstairs de pie a su lado.

—Oh, no. No voy a decírtelo, es un secreto —habló Magnus, cogiéndolo por sorpresa—. Lo de mi cabello, digo —aclaró. Un indicio de sonrisa asomó cuando levantó solo una de las comisuras de sus labios—. Algo que no es un secreto es que quieres preguntar algo desde que llegamos, y por algún extraño motivo todavía no lo haces.

—Así que ahora además de brujo eres psíquico —sonrió Kaleem.

—Psíquico no. Soy lo bastante observador para comprender que tienes sentimientos encontrados por el nuevo huésped de mi hogar —expuso el brujo, viéndolo por el rabillo del ojo. El muchacho a su lado bajó la mirada, enterrándola en la arena, para evitar delatarse. Pues su madre adoptiva, Cordelia, siempre le dijo que era como un libro abierto—. Ezra no será fácil de conquistar.

Kaleem chasqueó la lengua.

—¿Cómo la conquistaste tú? —indagó, conduciendo la conversación hacia un terreno peligroso que no quería cruzar. No abría su corazón y exponía su vida con cualquiera, siempre se aseguró de ser precavido respecto a su vida privada—. Digo, parecen llevarse muy bien desde que vive contigo.

—¿Qué no me has visto? Soy todo un encanto —dijo con picardía y suspiró—. A decir verdad, no hice nada. Fue Ezra quien acudió a mi cuando Alexander Lightwood resultó herido de gravedad por un demonio mayor. El pobre cazador de sombras estaba en su lecho de muerte y él tan desesperado por salvarlo se arrojó a mis brazos sin importar las circunstancias.

—Quiero creer y espero que tus intenciones para con él sean buenas —le advirtió Kaleem, refugiando las manos en los bolsillos de su abrigo de pana. El aire frío que circulaba comenzaba a causarle dolor de cabeza.

Magnus puso los ojos en blanco.

—Lo fácil de conseguir nunca es bueno, querido. Soy consciente de ello. Desde un principio supe que Ezra es especial. O bueno, su sangre lo es —explicó y hurgó en el compartimiento de su chaqueta, retirando un papel amarillo doblado perfectamente en cuatro. Con cautela se lo acercó y Kaleem lo recibió juntando las cejas.

Abrió el papel y se sorprendió de ver una runa Iratze dibujada con tinta negra.

—¿Qué relación puede tener Ezra con una runa de curación? —cuestionó, devolviéndole el papel.

Warrior | Alec LightwoodWhere stories live. Discover now