Epílogo uno

6.2K 377 189
                                    

PURGATORIO▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

PURGATORIO
▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Si alguien le hubiera preguntado donde estaba, simplemente respondería: perdido. Sumido en la infinita eternidad de un lugar oscuro que no tiene comienzo ni fin. Podía ser el lugar después de la muerte, muchos lo llaman el purgatorio, aunque él no veía más que sombras y lo único que le quedaba era especular. Pero, existía. Sin volumen, ni masa, solo él y sus pensamientos. Murió un día de diciembre, tal vez el mismo día que se celebra la navidad. De eso no tenía idea, sabía lo justo: estaba muerto.

La pregunta era, ¿Qué tan muerto estaba?

Advirtió una brisa. Una brisa que solo supo que lo abrazaba por el ondear de su cabello. Si, ahora tenía cabello. Sin embargo, seguía sin encontrar su cuerpo, mas veía a través de sus ojos cansados como la escarcha comenzaba a dar forma a sus extremidades. El viento debió de hacerlo girar. Giraba como un trompo, suspendido en el aire y, de pronto, tuvo la sensación de estar cayendo en picada. Esperó y esperó el momento en que el espasmo mioclónico acabara, hasta que comprendió que no soñaba y cayó por lo que parecieron horas. Una parte de él quiso extender los brazos, de haber tenido control de los dos tubos de hielo a sus costados, su lado más sensato quería y deseaba tocar fondo, sin embargo, algo lo retenía, prohibiéndole llegar a tierra firme, si es que existía eso al final del túnel oscuro donde yacía.

«Lucha por tu vida» la voz se oyó hueca, tan áspera que hasta le causó dolor. Tal vez su cabello, quizás sus brazos a base de hielo. Puede que todo. Estaba decidido a luchar, quería ver luz o ya no ver oscuridad. Cualquier cosa parecía mejor. Luchó y no se rindió, no contaba con fuerza corporal, pero estaba seguro de que nada vencería su fuerza mental. Las personas más fuertes tienen una mente fuerte. De eso se trata. Pensó en que quería llegar a algún lado, al cielo, si existía cosa semejante, o a un lugar donde descansaban por fin las personas que morían. Cualquier cosa, menos el limbo.

Luchó, durmió, gritó. No podía hacerlo.

«Por favor, un poco más» dijo la voz. Se enfocó en el sonido y dirigió su energía hacia donde creía que esta provenía. De repente, el viento se detuvo, el cabello le acarició la frente a tiempo para hacerle saber que tenía una. Y algo cambió. Mareado y sin ver, tuvo la primera sensación: Tacto.

«Abre los ojos» oyó decir, seguido a un clic. En una serie de imágenes, su vida comenzó a reproducirse ante sus ojos. Desde el primer recuerdo de su niñez, hasta el último día en el reino de los vivos. Su padre dejándolo en el jardín de infantes, su madre marchándose para volver diez años adelante. Vio a Alec sentado solo y furioso en el club Pandemonium y a Kaleem, Jace, Clary e Isabelle discutiendo en el vestíbulo del instituto. Recordó la muerte de su madre adoptiva, su primer beso y la batalla nocturna del barco. Jace llamándolo hermano por primera vez y caminar junto a Daphne por las calles de Praga. La cinta seguía, variaba en recuerdos que revivieron partes de su mente que no notó que estaban apagadas. Con el tiempo, los recuerdos pesaban con más nitidez. Kaleem obsequiando a Joyeuse y se observó pelear junto a William en la Ciudadela infracta, Alec besándolo en la cueva y Clary sentada en el trono. Por último, enfrentó su último recuerdo, la muerte.

Warrior | Alec LightwoodWhere stories live. Discover now