11. Una visita oscura. Parte 2

1.7K 157 95
                                    

Bruno

Estoy suspendido en el aire y siento vértigo mientras viajo por un túnel de energía multicolor junto a un grupo de personas. Mi cuerpo es diferente, yo también; ya no soy Bruno. Llevo una espada, al igual que los otros... ellos tampoco son humanos.

Llego a ver sus ropas de tonos oscuros, sus cuernos y colmillos. Con el ceño fruncido y una mirada implacable, estos seres sostienen armas y tienen las manos cerradas en puños, listos para luchar. Me doy cuenta de que mi cuerpo está en la misma posición. Frente a nosotros aparece el final del portal: una luz roja que deja entrever un paisaje natural. Pero este cambia de pronto: ahora es una ciudad. Y yo vuelvo a ser Bruno. Estoy solo, de nuevo en el callejón, con el demonio que me atacó.

Puedo ver otros detalles: lleva una espada envainada en el cinturón. La mancha azul en su muñeca es un tatuaje de una espiral con cuernos. El monstruo me ataca y estamos en otro lado; es un desierto donde hay más demonios tatuados y con harapos que se arrojan sobre mí. Intento repelerlos con mi fuego, pero son demasiados. Entonces, dejo que las llamas me cubran.

Despierto en mi habitación. Hay algo en la oscuridad, una oscilación en el aire que no pertenece del todo a este lugar. Es una sombra, tan alta que llega hasta el techo. Respira. ¡Está viva y me observa! Trato de moverme, pero no puedo. ¿Qué está sucediendo?

La sombra se inclina hacia mí y extiende uno de sus brazos largos. Trato de usar mi poder, pero no me responde. ¡Mierda! ¡Está cada vez más cerca!

Empleo toda mi concentración y una luz corta la penumbra: es una llamarada, que se enciende para separarme de la sombra

Hoppsan! Denna bild följer inte våra riktliner för innehåll. Försök att ta bort den eller ladda upp en annan bild för att fortsätta.

Empleo toda mi concentración y una luz corta la penumbra: es una llamarada, que se enciende para separarme de la sombra. Esta se estremece y desaparece.

Me sacudo en la cama; ya puedo moverme. Me incorporo y me siento. Luego empiezo a frotarme el rostro para despejarme. Parpadeo y vuelvo a mirar el lugar donde se hallaba la sombra. ¿Eso fue parte del sueño o algo real? ¿Por qué tengo esas pesadillas? De pronto, se me ocurre que quizás no sean solo sueños. Tal vez se trata de recuerdos de otra vida u otra realidad... de donde sea que vengan mis poderes y mi transformación.

Miro por la ventana: todavía es de día. Menos mal. Mi plan no era dormirme una siesta, pero supongo que estaba cansado después del cumpleaños de Simón y todo lo que pasó ayer... Ya no quiero pensar en eso. Necesito salir y distraerme, pero tengo miedo de cruzarme de nuevo con algún monstruo.

Me armo de valor. Llamo a Javier y arreglo para ir a su casa. Le aviso a mis viejos y camino hacia allá. La luz de la tarde me ayuda a calmarme, pero no dejo de pensar que algo va a saltar de las sombras a atacarme. Apuro el paso hasta que llego a lo de Javi.

Toco el timbre y abre enseguida. Suspiro, aliviado.

—¿Estás bien? —me pregunta.

—Sí, todo bien.

No pienso decirle nada. Todavía estoy asustado y no sé de qué se trata todo esto, así que disimulo lo que me pasa lo mejor que puedo. Vamos a su cuarto y jugamos un rato a las Magic, pero no me entretengo como antes. De hecho, me siento incómodo. La verdad es que algunos de los dibujos de esas cartas me hacen acordar a las cosas raras de anoche.

—¿Te aburrís? —pregunta.

—Más o menos.

—¿Querés ver una peli?

—Sí, dale.

Se acerca a una estantería donde tiene algunos muñecos de los Amos del Universo. También hay monstruos, dinosaurios de dos cabezas y dragones. No sé cómo hace para conservarlos, la mayoría de mis juguetes se perdieron o se rompieron. Mis ojos se fijan en las alas y los cuernos de un dragón. Enseguida, viene a mi mente el demonio que me atacó. Aparto la mirada y voy hacia la biblioteca de mi amigo.

—¿Mejor leamos historietas, te parece?

—Bueno... —Javier vuelve a poner en el estante la película que había elegido.

Qué vueltero soy. Por suerte él es un gran amigo y no me hace problema por nada.

Nos enganchamos con unos mangas de samurais hasta que se hace tarde. Otras veces hubiera caminado de regreso a casa, pero hoy les pido a mis viejos que me vengan a buscar. Por un momento pienso que voy a ponerlos en peligro porque el monstruo con el que luché ayer podría encontrarme y atacarnos. Basta. No puedo ser tan paranoico. De hecho, quizás estoy protegido yendo en el auto con ellos.

No quiero perderme de nuevo en las calles de Costa Santa, no quiero encontrarme con nada extraño. Si dejo de invocar al fuego, quizás todo vuelva a ser como antes. 

Somos Arcanos 1: Recuerdos perdidos (Premio Wattys 2017)Där berättelser lever. Upptäck nu