Capítulo 23: Miedos

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Itachi Uchiha

Cruzarme con Deidara en la biblioteca fue toda una sorpresa, no esperaba verle por aquí, a estas horas debería haber estado por su casa, pero debía reconocer que a mí me vino muy bien encontrarle, porque pude acompañarle a tomar algo. Acercarme a él era mi prioridad, no quería nada más excepto acercarme y que me tuviera en cuenta, quería saber cómo le iba la vida, como le iba con Hidan y es que a mí ese chico no me daba buena espina.

Me habría encantado ver a Deidara feliz, desde que le conocí, él siempre llevaba una sonrisa en los labios y ahora me daba cuenta... de que era un gran mentiroso, todas esas sonrisas eran forzadas, fingía como el mejor, era increíble cómo podía aparentar estar perfectamente cuando no lo estaba y supuse... que lo hacía para que nadie se pusiera triste por su culpa, tenía un corazón de oro ese chico pero yo le sentía triste.

No soportaba verle así, desanimado, triste y solitario, no me gustaba que fingiera conmigo porque yo quería hacerle feliz de verdad, quería que confiase en mí, que me contase lo que fuera, que sonriera de verdad porque se lo pasaba bien conmigo y no una fingida para que la gente se quedase tranquila.

Cuando lo vi en la biblioteca, me separé de mis compañeros de universidad con los que tenía que hacer un proyecto y me acerqué hasta él para invitarle a tomar algo... sabía que era de las pocas oportunidades que tendría para acercarme a él sin que estuviera su celoso novio por aquí molestando e impidiendo que pudiera hablar un rato con él y es que me interesaba mucho saber qué pasaba en su vida, por qué siempre se le veía tan triste y solo. Quería hablar con él a solas, quería saber qué ocurría, quería enamorarle, porque él se merecía algo mejor que ese criminal con el que estaba saliendo y es que me fue imposible apartar su frase de que estaba con él porque era el único que le quería, no era cierto... yo también le quería y no lo trataría jamás como lo hacía su novio.

Aceptó mi invitación para sorpresa y cuando fui a la mesa de mis compañeros a decirles que les veía mejor en otro momento, no se disgustaron al ver a Deidara y es que yo mismo reconocía, que era muy guapo, todos me entendieron a la perfección y con una sonrisa se despidieron de mí. Supongo que mañana tendría que aguantar sus risas sobre mi escapada con Deidara, pero me daba igual, podían preguntar lo que fuera siempre que yo pudiera estar un rato con ese chico.

Me sorprendió que caminase tan extraño, sé que le dolía la pierna porque trataba de camuflarlo sin mucho éxito y me hizo sonreír. Teniendo en cuenta que ya le había visto golpearse contra una farola... estaba seguro de que ya había vuelto a tropezar con algo y es que era tan despistado que podía parecer torpe, pero en realidad... creo que es que no prestaba la más mínima atención a lo que estaba haciendo, su cabeza estaba en mil sitios a la vez.

Al final acabé pasando por la farmacia a comprarle una crema y se la puse en el tobillo con la esperanza de que remitiera su hinchazón. Creo que por la forma en que me miraba... no estaba muy acostumbrado a que hicieran cosas por él, pero en sus ojos podía ver la sorpresa y el agradecimiento, eso me ponía feliz, sin embargo... seguía sintiéndole triste y de vez en cuando se miraba la mano o la escondía cuando se daba cuenta de cómo la miraba yo. Supongo que le había pasado algo que no quería contarme y mis sospechas se activaron aún más cuando al preguntarle... se quedó sin palabras, con esos ojos vidriosos de quien va a empezar a llorar. Verle en aquel estado tan frágil me impactó demasiado... tanto... que acabé besándole con dulzura y es que no pude evitarlo aunque después me diese cuenta de que lo que estaba haciendo estaba muy mal, más con Deidara, era menor de edad, tenía novio y tenía miedo... yo no quería que pensase que quería aprovecharme de él, sólo fue un instinto reflejo aquel beso.

Me sorprendí porque aunque me disculpé y él se creía que estaba jugando o era una broma, cuando le hice comprender que no lo era... que realmente sentía algo por él, fue él mismo quien me besó y me encantó que fuera el propio Deidara quien me besase. No quise forzar a nada así que sólo le dejé a él llevar la voz cantante, le dejé que decidiese cómo quería el beso e incluso su ritmo, no iba a presionarle, yo no quería ser como Hidan que lo manipulaba como quería, yo deseaba que Dei estuviera a gusto, que se sintiera seguro y protegido estando conmigo porque yo siempre estaría allí para protegerle.

Sangre del pasado (Naruto: Fugaku-Minato, ItaDei, Sasunaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora