Capítulo 47: Mandatos

2.1K 262 162
                                    

Minato Namikaze 

No podía creerme que Fugaku supiera que Sasuke no era su hijo, cuando Mikoto vino hace dieciséis años a decirme que era hijo de Fugaku, yo la creí, me echó en cara todo lo que había estado haciendo con su marido mientras ella trabajaba y la creí... más aún cuando vi a Fugaku elegirla a ella, quedarse a su lado para criar a ese niño juntos, vi como le daba otra oportunidad a su matrimonio mientras a mí Mikoto me hacía la vida imposible. Desde aquel día... no había vuelto a saber nada de Fugaku, sólo me encontraba a Mikoto y por mucho que traté de contactar con él para decirle que estaba embarazado, el teléfono siempre lo cogía su mujer.

Lo peor vino cuando ella se enteró de que estaba embarazado de su marido, intentó todo lo que pudo para que los perdiera y la gota que colmó el vaso fue la vez que me invitó a tomar algo a una cafetería cercana a la facultad y trató de hacerme beber vino... al no conseguirlo, acabó envenenando mi vaso de zumo. Aquella noche empecé a sangrar y menos mal que Kakashi estaba cerca y me llevó al hospital de urgencia, porque no los perdí de milagro. Kakashi decidió aquella vez que ya había pasado demasiado, que era mejor alejarnos y decirle a Mikoto que los había perdido antes de que se enterase y tratase de hacerles algo más. Acabé viviendo en Seattle alejándome por completo de Fugaku y tratando de olvidarme de todo aquello, ya no podía más.

Sentía que Fugaku había jugado conmigo, que había intentado restaurar su matrimonio y yo sólo había sido su juguete, ni siquiera había preguntado por mí cuando lo dejamos y yo me juré que jamás le diría nada de mi embarazo, por eso Kakashi acabó haciéndose cargo y fue el mejor padre que pude tener a mi lado, esos niños habían nacido sanos y felices hasta hace dos años cuando Naruto empezó a tener problemas con ese entrenador... y ni siquiera me lo había dicho, ni siquiera me había dado cuenta y de eso también me culpaba, tenía demasiada culpa en mi interior en este momento, había dudado de Fugaku, había huido, había ocultado lo de mi embarazo, le había fallado a mis hijos y a Kakashi... ya no podía más ¿Qué debía hacer? ¿Qué debía creer?

Por lo menos me alegraba de algo de todo esto... Sasuke no era su hijo y por tanto, no tenía nada que ver con Naruto, esa relación no había motivo para impedirla pero no podía dejar de preocuparme entonces por Deidara, porque cuando yo le conocí, Itachi tenía apenas un añito y algunas veces me quedé cuidándole, creo que Itachi sí era de Mikoto y Fugaku. Pensaba que al menos uno de mis hijos podía ser feliz aunque al ver la cara de Fugaku, supe que también estaba triste por perder a un hijo.

- Lo siento Fugaku – le dije – sé que debe de ser duro.

- Intuía que no era mío, pero jamás tuve el valor para hacerle una prueba de paternidad, para mí siempre será mi niño – me dijo

- ¿Seguro que estás bien? – le pregunté al verle tan deprimido.

- Sí – me dijo – venga ve al hospital, no te preocupes por mí, se me pasará. Hablaré con Itachi y no tardaré en volver al hospital a ver a nuestro hijo – me remarcó.

- Vale – le dije saliendo de su casa para ir a recoger un par de cosas de mi casa, más que nada ropa limpia para que Deidara pudiera cambiarse.

Cuando llegué a casa, Kakashi había llegado también y estaba en la ducha, supongo que necesitaba relajarse un poco después de su dura jornada de trabajo y es que al final, sentía que él siempre estaba cuidándome, tanto a mí como a mis hijos. Recogí algo de ropa de la habitación de Deidara para llevársela cuando Kakashi salió con una toalla atada a la cintura.

- ¿Ya te vas para el hospital? – me preguntó.

- Sí – le dije – no quiero estar muy lejos de Deidara.

Sangre del pasado (Naruto: Fugaku-Minato, ItaDei, Sasunaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora